miércoles, 4 de enero de 2012

Misil disparado desde una fragata iraní el domingo en Ormuz


Misil disparado desde una fragata iraní el domingo en Ormuz. / REUTERS

Una de cal y otra de arena. Tras haber declarado su disposición a reanudar las (hasta ahora inútiles) conversaciones nucleares con las grandes potencias, Irán les ha lanzado un órdago al anunciar este fin de semana el disparo de un misil de alcance medio y que ha probado las primeras barras de combustible nuclear de fabricación nacional. Un desafío que Teherán ha redoblado hoy con el anuncio del lanzamiento de un misil de largo alcance tierra-mar en las maniobras navales que realiza en el golfo Pérsico, informa Reuters. Sus generales prevén para hoy unos ejercicios navales para bloquear el estrecho de Ormuz.

"Este misil [de largo alcance], que ha sido diseñado por especialistas iraníes, logró hoy impactar en los objetivos previstos y destruirlos", ha afirmado esta mañana el portavoz de los ejercicios, el almirante Mahmud Musaví, en declaraciones a la agencia oficial IRNA. Sin embargo, según France Presse, el misil lanzado tiene un alcance de 200 kilómetros, lejos de los 5.500 a partir de los cuales la Agencia de Defensa Antimisiles de EE UU define los cohetes de largo alcance.

En cualquier caso, el lanzamiento de un nuevo misil constituye una demostración de fuerza militar con la que Irán quiere dejar claro que tiene capacidad para alcanzar a Israel y las bases estadounidenses en la región si es atacada. La nueva provocación iraní se produce en un momento en que EE UU y la UE están aumentando las sanciones económicas contra el régimen islámico.
Jugar con fuego

Los gobernantes iraníes están jugando con fuego en lo que algunos observadores regionales interpretan como una huida hacia adelante para tapar las tensiones internas que afrontan desde la controvertida reelección del presidente Mahmud Ahmadineyad en junio de 2009. Aunque Irán suele exagerar sus avances en materia nuclear para ganar peso en su pulso con Occidente, el anuncio de que ha logrado fabricar barras de combustible atómico es una clara provocación, ya que el enriquecimiento de uranio es el eje del conflicto que mantiene con la comunidad internacional sobre el objetivo último de su programa nuclear.

Según la página web de la Organización de la Energía Atómica de Irán (OIEA), los científicos iraníes han introducido esas barras en el reactor de investigación de Teherán. De ser cierto, eso significaría que ha logrado encapsular el uranio enriquecido al 20%, una técnica que realizan pocos países. Irán pasó de enriquecer al 3,5% (el nivel necesario para el combustible de las centrales nucleares) a hacerlo al 20% en febrero de 2010, después de rechazar una propuesta internacional para que Rusia y Francia transformaran el uranio poco enriquecido que estaba produciendo en las citadas barras. Esa actitud alentó la sospecha de que su intención es dominar el proceso hasta alcanzar el 90% de enriquecimiento que requiere una bomba.

El último informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) aseguraba el pasado noviembre que Teherán daba la impresión de “haber trabajado en el diseño de un arma nuclear”. Los inspectores de esa agencia de la ONU mostraban también su temor de que continuara las investigaciones secretas con esa finalidad.
Armas nucleares

La República Islámica, que rechaza esas acusaciones y asegura que necesita la energía atómica para generar electricidad, se ha negado hasta ahora a renunciar al enriquecimiento aduciendo que Occidente podría bloquear su acceso al combustible nuclear y que el Tratado de No Proliferación le da ese derecho. Sin embargo, el pasado sábado, sus responsables volvieron a declararse dispuestos a resolver el litigio a través de las conversaciones con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (EE UU, Rusia, China, Reino Unido y Francia) más Alemania, en vía muerta desde la última reunión en Estambul el año pasado.

No ayuda a convencer de su sinceridad el empeño iraní por exhibir músculo militar. Poco antes de conocerse su último avance atómico, las Fuerzas Armadas emitieron un comunicado en el que daban cuenta del disparo de un misil tierra-aire de alcance intermedio y capaz de evadir el radar.

“El misil que está equipado con las última y más sofisticada tecnología anti radar ha sido probado con éxito”, declaró el almirante Mahmud Musaví, vice jefe de la Marina iraní, citado por la agencia oficial IRNA. Musaví subrayó que el proyectil había sido “diseñado y fabricado” en Irán. También aseguró que se trataba del primer ensayo con ese tipo de misil.

La televisión estatal difundió imágenes del supuesto lanzamiento en las cercanías del estrecho de Ormuz, donde las fuerzas navales iraníes realizan maniobras desde el pasado 24 de diciembre. Esos ejercicios han elevado la tensión a raíz de que el vicepresidente iraní Mohamed Reza Rahimí amenazara con cerrar esa vía marítima por la que transita un 40% del petróleo mundial.
Exportar petróleo

Rahimí respondía así a la posibilidad de que la UE se sume a la prohibición estadounidense de importar petróleo iraní. La V Flota de EE UU, con base en Bahréin, le advirtió que no va a tolerar ninguna disrupción del tráfico marítimo. A pesar de lo cual, los iraníes van a terminar sus maniobras el lunes con un ejercicio destinado a mostrar la capacidad de sus fuerzas navales para cerrar ese estrecho estratégico, según anunció el almirante Musaví.El Pais.com

El lanzamiento de esta mañana se produce después de que Irán anunciara que aplazaba una prueba de misiles de largo alcance “hasta que estén listos”. El vector de mayor alcance que se le conoce es el Sajjil 2, una versión modificada del Shahab 3 que llegaría hasta los 2.400 kilómetros, una distancia que todos los comunicados se encargan de recordar le permitiría alcanzar Israel, la bestia negra de los dirigentes iraníes.

Bajo el carácter desafiante de sus declaraciones, se intuye sin embargo que las sanciones económicas y financieras que EE UU ha intensificado desde 2005 empiezan a hacer mella. Ahmadineyad ha afirmado que el Banco Central de Irán va a reaccionar con energía a las últimas medidas estadounidenses, pero en la calle el rial se desplomó el domingo hasta cambiarse a 16.000 por dólar frente a los 11.000 de la tasa oficial. Un día después, la divisa ha vuelto a caer otro 6%.

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