martes, 12 de mayo de 2009

LA PARADOJA DE HEZBOLA‏


By GARY C. GAMBILL

Desde el retiro de las fuerzas sirias de Libano en 2005, el establishment de la politica exterior americana ha estado preocupado con asegurar el desarme del movimiento militante chiita libanes Hezbola. Desafortunadamente, los expertos que atienden esto aun deben avanzar en una estrategia plausible para conseguir su objetivo.
Aunque nadie defiende el desarme forzoso de Hezbola, muchos han mantenido largamente que la presion coerciva extranjera y local sobre el grupo alentara su desmilitarizacion. De hecho, la campaña militar israeli de 2006 contra Hezbola y un intento abortivo por parte de la coalicion gobernante de Libano por cerrar su red de telecomunicaciones la pasada primavera (ambos alentados por Washington) solo reforzaron el apoyo chiita por el movimiento. En tanto disfruta de la firme solidaridad del mas grande grupo sectario del pais, la ayuda a las fuerzas de seguridad de Libano (aunque aconsejable en otros terrenos) no puede producir una contrafuerza politicamente capaz de desafiar a Hezbola. Otros han argumentado que quitar los declarados pretextos de Hezbola para la "resistencia" facilitara la presion publica para su desarme. Sin embargo, aunque concesiones pasadas por parte de Israel (la retirada de Libano en 2000, la liberacion de todos los restantes prisioneros libaneses el pasado verano) hicieron mella en el conjunto de quejas de Hezbola, ellas tambien sirvieron para santificar y legitimizar su milicia. Hay pocas razones para creer que una retirada unilateral israeli del enclave de las disputadas Granjas de Shebaa persuadira a los chiitas libaneses a aceptar el desarme de Hezbola.
La convencional vision que Siria o Iran pueden ser inducidos a resolver el problema de Hezbola porque si es tambien problematica. Coercionar o persuadir a Damasco a cortar los suministros de armas a Hezbola puede debilitar gradualmente la amenaza expuesta por su arsenal, pero no degradara apreciablemente la capacidad del grupo de rechazar al estado y las milicias rivales. Iran tiene una relacion mucho mas intima con Hezbola, pero su profundamente impopular regimen clerical puede no ser politicamente capaz de endurecerse con la figura publica mas admirada del mundo chiita incluso si estuviera estrategicamente dispuesto a hacerlo (esta claro que no lo esta).
Un cuarto camino hipotetico para el desarme se centra en reformas locales para aliviar la larga subordinacion politica y economica de la comunidad chiita libanesa, asi reduciendo su percibida necesidad para la proteccion e influencia de una milicia. El entonces Senador Barack Obama aludio a este catalizador en el punto mas alto de la crisis politica de Libano la pasada primavera, pidiendo por una "reforma electoral, un fin al actual sistema de patronazgo, y... una distribucion justa de servicios, oportunidades y empleos." Sin embargo, este tipo de cambio sera dificil de efectual y tomara años en completarse. En el entretiempo, un proceso de reforma creible reforzara la estatura de Hezbola como guardian de los intereses comunitarios chiitas.

Esto no es decir que no hay camino viable para el desarme de Hezbola. Aunque el Secretario-General de Hezbola, Hassan
Nasrallah puede ser tan celosamente antisionista como los lideres palestinos de Hamas y la Jihad Islamica, sus representados libaneses no tienen disputas territoriales significativas contra Israel y carecen del tipo de antipatia existencial sentida por muchos palestinos. El Islam chiita es mas aceptador de la heterogeneidad sectaria que el Islam sunnita y menos orientado alrededor del ideal de la unidad arabe-islamica- rasgos que encajan bien para la eventual aceptacion de un estado judio en Palestina. La desbordante mayoria de chiitas libaneses apoyan el rechazo de Hezbola a desarmarse debido a que ellos consideran a su milicia vital para su seguridad e influencia politica- consideraciones instrumentales que pueden, en principio, ser cambiadas sin un gran avance diplomatico en el proceso de paz de Medio Oriente. Sin embargo, el primer paso en encontrar un camino hacia adelante es reconocer que el esquema de "desarmar rapidamente a Hezbola" probablemente no funcione (y podria hacer las cosas considerablemente peores). Aquellos que apasionadamente insisten en lo contrario estan vendiendo algo (generalmente una agenda politica mas amplia).
Afortunadamente, no hay una razon poderosa para que la administracion Obama eche los dados. El despliegue de las fuerzas de paz de ONU en el sur de Libano despues de la guerra de 2006 sello efectivamente el acceso de Hezbola al campo de batalla, aunque la enorme destruccion que Israel causo sobre Libano ha prestado ataques a traves de la frontera no provocados politicamente impensables. Asi mientras Hezbola esta activamente comprometido en la esfera politica (y periodicamente se le recuerda del apocalipsis que sigue a cualquier provocacion armada contra Israel), este estado de no beligerancia de casi tres años podria probar ser extraordinariamente duradero.
El autor es el editor del Monitor de Medio Oriente y publica ampliamente sobre politica siria y libanesa, terrorismo y democratizacion en el Medio Oriente.
Fuente: The Jerusalem Post




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