lunes, 6 de diciembre de 2010

Una antorcha inextinguible




Aunque Janucá es una fiesta establecida para conmemorar la rebelión de los Macabeos, que logró su cometido por la victoria de las armas, su contenido es eminentemente espiritual, porque fue motivada por la lucha encarnizada para perpetuar la cultura hebrea, las tradiciones del pueblo y el arraigo a la Tierra de Israel a través de los siglos.


Por eso, precisamente, las luminarias de Janucá son todo un símbolo espiritual que reflejan a través de su llama la antorcha inextinguible del pueblo judío, que muchos tiranos se empeñaron y se empeñan por apagarla, pudiendo tan sólo quemarse ante su ardor y desaparecer de la tierra, mientras el pueblo judío puede iluminarse, renacer y cobrar nuevas fuerzas y vigor ante el resplandor que le da contenido y brillo a través de los milenios.


Hoy tenemos el gran privilegio histórico de participar del renacimiento, la consolidación y el crecimiento de nuestro Israel actual, donde la Libertad retorna nuevamente, con grandes sacrificios pero también con muchas y renovadas energías y esperanzas. Aunque hoy aun, no todos somos libres, la lucha por la Libertad todavía no ha culminado, todavía existe un largo camino por recorrer.


Cuando la oscuridad impera en el mundo y estamos completamente sumergidos en las tinieblas, el resplandor de las velas de Januca penetra en la profundidad de nuestras noches, de nuestras mentes, de nuestras almas y de nuestros mas preciados ideales, transformando la oscuridad en una potente luz que ilumina con gran intensidad a nuestras vidas y a la humanidad toda.


FELIZ JANUCA


Guido Maisuls

Kiriat Bialik, Israel, IL


http://cartasdesdeisrael.blogspot.com/


Si no soy yo ¿quién?, si no es ahora ¿cuando?
si es solo para mí, ¿de que sirve?

(Hillel)




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