El ayatolá Jamenei advirtió que en semanas habrá guerra

La certeza que Israel -ante los sucesivos y previsibles fracasos de las negociaciones llevadas a cabo entre Irán y el Grupo 5+1- compuesto por Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania sobre el programa nuclear iraní, está firmemente decidido en el corto plazo a imposibilitar por medio de una acción militar que los fundamentalistas persas consigan su objetivo de obtener armamento atómico, motivó que el 27 de julio, justo antes de las oraciones del viernes, el Líder Supremo de la República Islámica de Irán, ayatolá Alí Jamenei, convocase con premura a los principales jefes militares iraníes a una reunión que denominó como “su último Concejo de Guerra”.
Según informa el portal DEBKA, en el encuentro estuvieron presentes el ministro de Defensa, general Ahmad Vahidi (prófugo de la justicia argentina y con orden de detención de INTERPOL), el asesor militar de Jamenei General Yahya Rahim-Safavi, el Jefe de las Fuerzas Armadas Mayor General Seyed Hassan Firuzabadi, el Comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria, General Mohammad Ali Jafari y el Jefe de las Brigadas Al Quds general Qassem Soleimani. Denotando la gravedad del perentorio llamado de Jamenei, quien estima que el conflicto con Israel se desencadenará en septiembre u octubre, también los comandantes de la Fuerza Aérea, las Fuerzas Navales y Terrestres estaban allí. A cado uno de los participantes se le pidió que informara sobre la disposición de su rama o sector para asumir su misión de contingencia. Mientras la retaliación iraní ante eventuales ataques israelíes y/o norteamericanos fue ejercitada con ejercicios militares regulares durante el año pasado, Jamenei dio instrucciones para ordenar la mayor fortificación de la historia del país para defender sus instalaciones nucleares incluso de las súper armas estadounidenses. Para ello, ingentes cantidades de roca recogidas de lugares lejanos están siendo amontonadas en las principales instalaciones nucleares, cubiertas además con muchas toneladas de concreto vertido y finalmente recubiertas en acero. De esa forma está protegida la planta de Fordo. Para preservarla los iraníes estarían dispuestos a “sacrificar” la instalación en Natanz, en caso de un ataque estadounidense o israelí. Coincidentemente, el mismo viernes mencionado antes, la fuerza Aérea de los EE.UU. dio a conocer sus nuevos Massive Ordnance Penetrators (Penetradores de Artillería Masivos). Cada destructor de búnker pesa 13.607,771 kilos y es capaz de penetrar 60 metros de hormigón reforzado. Otras represalias iraníes contemplan el desarrollo de uranio enriquecido mejorado de hasta un 60 por ciento -grado muy cercano al necesario para construir armas nucleares- y sembrar minas en el Estrecho de Ormuz para impedir la exportación de una quinta parte del petróleo del mundo. En concomitancia, los grupos terroristas Hezbollah en el Líbano y Hamas y la Jihad Islámica en Gaza están dispuestos a aventurarse a atacar a Israel desde el norte y el suroeste.
No obstante las sanciones económicas que sofocan la economía de Irán, estas no la disuaden en absoluto de su aspiración de convertirse en una potencia nuclear. Las conversaciones que sostiene con el Grupo 5+1 sólo tienen como objeto ganar tiempo para lograr su objetivo. Sin duda EE.UU. es el país más capacitado para lanzar un ataque militar eficiente. El General de División (reserva) Eitan Ben Eliyahu, ex comandante de la Fuerza Aérea de Israel, opina que los norteamericanos disponen de un formidable servicio de inteligencia, poseen bombarderos invisibles que no pueden ser detectados por los radares, misiles balísticos y de crucero, bombas revienta-búnkeres, son expertos en la guerra electrónica y tienen probada capacidad de reabastecimiento aéreo.
Ben Eliyahu omitió decir que el mayor impedimento para que EE.UU. se involucre en un conflicto armado con Irán es su presidente Barak Husein Obama y su política naif y timorata en relación con la amenaza de Irán contra Israel y Occidente. Aunque su apoyo a la Hermandad Musulmana, a los violentos grupos islámicos que luchan contra dictaduras, como fue el caso de Libia y es Siria, por nombrar algunos casos, hacen dudar que Obama actúa con ingenuidad cuando define a esas facciones musulmanas salvajes como democráticas. A las repetidas amenazas de borrar a Israel del mapa, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, repulsivo negador del Holocausto, en un discurso publicado el 2 de agosto en su sitio web, agregó que el objetivo principal de las fuerzas mundiales debe ser aniquilar a Israel. Hablando con embajadores de los países islámicos antes del Día Quds (Día de Jerusalén) en un evento antisionista iraní anual establecido en 1979 por el extinto Ayatolá Seyyed Jomeini y el cual cae este año el 17 de agosto, el mandatario persa con extrema ignorancia y alarmante intemporalidad dijo que “una horrible actualidad sionista” había estado manejando los asuntos mundiales por “cerca de 400 años”.
El día miércoles 1 de agosto, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, visitó Israel para tratar de persuadir al Estado judío de atacar Irán y que éste le conceda más tiempo al efecto de las sanciones económicas y a las actuaciones diplomáticas. Con una retórica conocida, advirtió a Irán que su país no permitirá que avance en el desarrollo de armamento nuclear. “Ejerceremos todas las opciones para asegurarnos de que esto no suceda”. Las palabras del ex Director de la CIA, no convencieron al Primer Ministro israelí Binyamín Netanyahu, quien insistió en su tesitura de actuar rápido. Le dijo a Panetta que, hasta ahora, las amenazas estadounidenses no han conseguido minar las ambiciones nucleares iraníes. “Esto tiene que cambiar, porque el tiempo para resolver este asunto de forma pacífica se está acabando”. Netanyahu habló ante las cámaras de varios canales de televisión israelí y con respecto a la posibilidad de atacar a Irán o no, dijo: “Todavía tengo que tomar una decisión. Los políticos deciden y los militares ejecutan esas decisiones”. Y añadió: “Irán quiere exterminarnos. No lo permitiré”. Netanyahu recordó que en 1981, la decisión del entonces primer ministro Menajem Begin de atacar el reactor nuclear Osirak en Iraq, se llevó a cabo a pesar de la oposición de los militares y del Mossad.
Avivando los rumores que Israel, decepcionado por la actitud de su principal aliado atacará las instalaciones nucleares aunque sea por su cuenta antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre, el ex jefe del Mossad Efraim Halevy en una declaración publicada por el medio The New York Times dijo: “Si fuese iraní temería por las próximas 12 semanas”.
Fuentes de inteligencia occidentales aseguran que es muy razonable suponer que Teherán está desarrollando en secreto cabezas nucleares que pueden ser montadas en los misiles balísticos que ya están en su posesión y también misiles con un alcance de 2.000 kilómetros que son capaces de llegar a Europa del Este. Además de razones electorales, al presidente Obama puede hacerle cambiar drásticamente su actitud, un informe del Pentágono, que afirma que en 2015 la República Islámica de Irán, tendrá misiles cuyo alcance, pueden implicar una amenaza directa a los EE.UU.
 
Rubén Kaplan