Dice la Biblia que es necesario saber personar, ¿pero cuántos de nosotros somos realmente capaces de hacerlo? A menudo nos enojamos por una nimiedad y en la mayoría de los casos, a la distancia, nos damos cuenta de que no valía la pena. Ahora, citas bíblicas aparte, también los expertos sugieren que debemos aprender a perdonar, a dejar pasar, a olvidar... porque esto no sólo hace bien al espíritu sino también y sobre todo a la salud.
Estos expertos son científicos estadounidenses de la Universidad de California en San Diego (UCSD), que insisten, a partir de datos concretos recabados en su estudio, en que quien deja pasar y no experimenta rabia presenta muchas menos probabilidades de tener picos de suba de presión arterial, con todos los riesgos para la salud que esto implica.
Los resultados del estudio fueron publicados en el Journal of Medicine Biobehavioural, e informan que en los 200 voluntarios se obtuvieron diferentes respuestas a nivel fisiológico al pensar en un momento de su vida en el que se habían sentido ofendidos por el comportamiento de un amigo, o al pensar en forma más clemente respecto del hecho en cuestión y de la persona involucrada.
Una vez subdivididos al azar en dos grupos, los participantes pensaron cuánto se habían enojado durante una situación determinada o habían intentado pensar que en el fondo no era tan grave. Después de distraerlos durante cinco minutos, los investigadores los invitaron a pensar nuevamente en lo sucedido mientras eran monitoreados para medir la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca.
La doctora BrittaLarsen y sus colegas de la UCSD analizaron posteriormente los datos recogidos mediante tests y análisis. Descubrieron que en los participantes que habían vuelto a pensar en el hecho con resentimiento, experimentando nuevamente bronca, se había producido un aumento significativo y mayor de la presión arterial que en quienes, por el contrario, habían mirado lo ocurrido con más tolerancia e intentado perdonar.
En tanto hubo una diferencia en los valores de la presión sanguínea, los investigadores no observaron ninguna diferencia en la frecuencia cardíaca. En cualquier caso, es evidente que la bronca no hace bien al corazón y la presión, porque sabemos, además, que la presión alta es peligrosa para la salud y expone, entre otras cosas, a un posible ataque cardíaco. Por lo tanto, perdonar hace bien. Hace bien no sólo al alma. Y sin ser necesariamente "divinos", sino solamente humanos, de todos modos es mejor perdonar y olvidar los presuntos perjuicios sufridos: está en juego nuestra salud, pensándolo también en términos egoístas.
Traducción: Cristina Sardoy
http://www.clarin.com/buena-vida/salud/Perdonar-hace-bien-corazon_0_751125094.htm