Sammy Eppel En 1999 se imprime en Venezuela un libro titulado “CAUDILLO, EJERCITO, PUEBLO. LA VENEZUELA DEL COMANDANTE CHAVEZ” de Norberto Ceresol

Sammy Eppel

En 1999 se imprime en Venezuela un libro titulado “CAUDILLO, EJERCITO, PUEBLO. LA VENEZUELA DEL COMANDANTE CHAVEZ” de Norberto Ceresole, autor y practicante de aberrantes ideas, revisionista histórico, antisemita, negador del holocausto y embajador itinerante de Hezbollah. El libro se convierte en una suerte de biblia revolucionaria, solo tuvo una edición impresa y hasta hace un par de años se conseguía en enlaces de Internet solidarios al “proceso”. La primera parte del libro esta dedicada al “problema judío”.

En los años subsiguientes, Chávez comienza a referirse a sus adversarios como animales e insectos y entra en la escena política el vocablo “apátrida” y se configuran “listas negras”, a pesar que no se hacia referencia especifica a judíos, este proceder provoca escalofríos, pues es el mismo que utilizo Hitler para deshumanizar a quienes luego asesinaría en el Holocausto. Si se despoja a alguien de su condición de humano es mas fácil hacerlo blanco de odios y justificar su exilio o eliminación.

A partir de allí los judíos en Venezuela hemos sido señalados directamente por personeros del gobierno o a través de medios afectos como responsables de ser los francotiradores del 11 de abril, del asesinato de Danilo Anderson, de intentos de magnicidio, de desestabilizadores del gobierno, de auto profanar nuestra sinagoga y claro de ser los responsables de “pudreval”.

Nuestro colegio ha sido allanado dos veces, los judíos hemos sido demonizados en publicaciones oficiales de ministerios tan emblemáticos como el de la cultura y en afiches en parques públicos, desde programas de televisión del estado se ha llamado a la expulsión y encarcelamiento de dirigentes comunitarios, ministerios han pagado avisos de prensa convocando a manifestaciones en frente a la sinagoga, en el 2009 se publico en “Aporrea” un decálogo de cómo atacar a los judíos y la guerrilla urbana del MRTA se da el tupe de grabar un video y con armas en mano, amenazar con ir por nosotros en nuestras casas.

Decenas de veces la comunidad se dirigió a las instancias competentes a denunciar tales conductas sin ningún resultado. Se nos trata como si fuésemos una colonia extrajera siendo venezolanos y se deslegitima nuestro afecto por Israel como un acto de traición. Millones de cristianos también sienten algo especial por “tierra santa” y nadie los agrede por eso. Los venezolanos de fe judía no queremos trato especial, pero exigimos que nuestros derechos ciudadanos sean respetados.

Ahora bien la tradición judeo cristiana cree en el arrepentimiento y en la enmienda, pero esta no puede ser simplemente enunciativa, deben ocurrir hechos concretos.