domingo, 20 de marzo de 2011

Brutal atentado terrorista en Itamar y brutales intentos de justificarlo

Brutal atentado terrorista en Itamar y brutales intentos de justificarlo

El brutal atentado terrorista perpetrado en la madrugada del viernes 11 de marzo de 2011 e.c. por asesinos palestinos contra una familia judía en Itamar es, como todo terrorismo, injustificable. Los terroristas palestinos degollaron a 5 personas mientras estas dormían. Voy a dar los nombres y edades de las víctimas ya que la parte malvada de la prensa internacional y los violentos grupos de presión que se observan en algunas calles y casas de gobierno, cuando se trata de un crimen contra Israel, prefieren obviar lo que quizá consideren nimiedades frente a su simpatía por la causa palestina: que los judíos también tienen rostro y una historia personal, que los judíos también son humanos que sufren. Fueron asesinados de los miembros de la familia Fogel: el padre, Udi (37 años), la madre, Rut (36 años), sus hijos Loav (10 años), Eldad (4 años) y Hadad (3 meses). Y no hay que dejar de decir que otros hijos, Ronie (8 años) y Yishai (2 años) se salvaron solamente porque su presencia no fue advertida, al estar durmiendo en una habitación no percibida por los terroristas; y que la hija mayor, Tamar (12 años), descubrió junto con un vecino a los cadáveres de sus familiares apuñalados.
Las barbaridades que he escuchado decir y leído después de este lamentable episodio no encuentran fondo en su hondo pozo de odio antijudío.
Hablan de que incluso una nueva intifada estaría justificada contra Israel por tener población en los territorios en disputa. Pues bien, hay que decir que una intifada no se puede justificar, y el terrorismo tampoco, porque son atentados contra la vida humana cuyo principal objetivo son civiles indefensos, y quien intente ponerse de lado de los terroristas asume una posición, más que judeofóbica, antihumana.
Hablan de que hay terrorismo por la construcción de casas en Judea y Samaria. Es decir, su moral retorcida y judeofóbica los lleva a equiparar construcciones de casas con asesinatos a adultos y niños inocentes. Plantean al terrorismo en términos de reacción natural y lógica. Y no quieren reconocer que había terrorismo palestino antes de que existieran asentamientos en dichas zonas, por lo cual estos no son su causa original.
Hablan de que quieren que todos los judíos se vayan de Judea y Samaria y que no quede ni uno en el futuro Estado Palestino. O sea, proponen un Estado Palestino judenrein, sin judíos, lo que evoca la memoria de Hitler que quería una Alemania judenrein, sin judíos. Todo esto piden, mientras que protestarían hasta el año 2078 (por decir un año arbitrariamente) si Israel decidiera aplicar un transfer contra los árabes israelíes y dejar a Israel sin árabes. Qué incoherencia ideológica, qué racismo selectivo, de parte de los autodenominados defensores de derechos humanos.
Hablan que los territorios son ocupados, cuando en realidad son disputados y legítimo objeto de negociación.
Hablan de que Israel se cree poseedor de un derecho divino para robar tierras, cuando el sionismo ampliamente mayoritario basó sus reclamos en un derecho histórico que no se sustentaba en la religión y el Estado tampoco recurre al concepto de Tierra Prometida (por más que algunos de los asentadores judíos invoquen derechos divinos según sus propias y particulares corrientes), y que encima no ha robado territorios sino que los ha obtenido ganando guerras de autodefensa no iniciadas. De hecho, la Declaración Balfour incluso se refería a los dos lados del Jordán para el establecimiento del Hogar Nacional Judío.
Tienen que entender que detener la construcción de casas por un atentado terrorista es darle el triunfo a los terroristas y decirles “atáquenme más, así me sacan más concesiones a través de sus medios violentos”.Tienen que darse cuenta o admitir que están en contra de los derechos de propiedad judíos en los territorios y no de los derechos de propiedad palestinos, así que son racistas y discriminadores. Tienen que saber que los judíos tenemos derecho a los asentamientos. Y también a los territorios. Más y mejores derechos.
A propósito, algunas conclusiones, exhortaciones y pedidos:
No equiparen viviendas con asesinatos terroristas por favor. Es como que justifiquen que maten a sus padres y hermanos mientras duermen porque ustedes alquilaron un departamento en un edificio en el que algunos (sin razón) les dicen que no pueden vivir. No defiendan las injustas restricciones. ¿Qué pasa, los judíos no tenemos derechos de propiedad? ¿Los árabes pueden vivir en Israel, el Estado Judío, pero los judíos no pueden vivir donde supuestamente será el Estado Palestino? Los judíos venimos de Judea; paradojas del destino que no nos quieran dejar construir legalmente allí mientras que gobiernos de países como el de Estados Unidos por medio de Obama están invirtiendo millones y millones en construcciones para palestinos.
Dejen de decir que el atentado “es un episodio aislado” cuando el terrorismo palestino ha sido una constante por años y la incitación a la violencia de su parte está patente; o comentarios como el que hizo María José Lubertino siendo titular del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, de Argentina) ante el terrorismo de Hamas durante la Operación Plomo Fundido para explicar agresiones a judíos en el país sudamericano: “Israel violó el derecho internacional y eso se le vino en contra”. Están demostrando que no les importa que acuchillen a inocentes durmiendo, y que si nos vienen a pegar a los judíos en Argentina o en otros países hay una buena explicación para echarle la culpa al sionismo.
Por eso, hay que rechazar el atentado terrorista perpetrado por asesinos palestinos. Exhortar a la ONU y organismos internacionales a manifestar plenamente su enérgico repudio en contra de la nueva muestra de terrorismo palestino y tomar decisiones firmes y acciones al respecto (a pesar de que la ONU esté repleta de dictaduras árabes e islamistas, y Libia haya estado hasta hace unos días en el Consejo de Derechos Humanos, lo que da pruebas de su poca seriedad). Condenar las manifestaciones en Gaza que festejaron el atentado y apoyaron a los terroristas, a pesar de que ya no sorprendan, cuando se sabe que allí hay terroristas y simpatizantes del terrorismo que son peores que las bestias, y que se puede esperar algo así. Condenar el silencio de los extremistas, especialmente el de izquierdistas y progresistas, prontos a ir a atacar a las Embajadas de Israel en los diversos países cuando el Estado Judío ejerce su derecho a la autodefensa, y mudos y escabullidizos cuando deberían estar protestando contra semejante muestra de intolerancia asesina. Apoyar la decisión del Gobierno de Israel de no detener las construcciones de viviendas para la población judía en Jerusalén y en Judea y Samaria, no restringiendo los derechos de propiedad de los judíos habitantes de dichas zonas. Y como siempre, apoyar a Israel en su lucha sin cuartel contra el terrorismo palestino e internacional.

Ezequiel Eiben
16-3-2011
10 de Adar II 57

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