domingo, 25 de octubre de 2009

EL ULTIMATUM DE SCHOENAU


By YEHUDA AVNER
Como uno trata con terroristas? Trata con ellos y estas listo; no lo hagas e inocentes mueren. Tomemos el caso de Schoenau. Es una historia de infamia que tomo por asalto la asamblea del Concilio de Europa en septiembre de 1973.
El Consejo de Europa en Estrasburgo es esa aproximacion del continente a un parlamento. En la epoca en cuestion, sus 400 extraños delegador observaron con distintos grados de curiosidad mientras una encorvada, anciana mujer con una cara profundamente cruzada con lineas tragicas subio al podio. Ella era la Primer Ministro Golda Meir, y ella estaba alli por invitacion del Consejo Europeo para establecer el caso por Israel.
Generalmente hablando, Golda Meir preferia hablar improvisadamente, pero como esta era una ocasion formal, el protocolo requeria que ella diera un discurso preparado con antelacion. Yo, su escritor de discursos, hice un borrador. En su preparacion yo habia echado por tierra una docena o mas de versiones, dejando marcas de dientes en mi lapicera mientras escribia y reescribia pagina por pagina, garabateando trastornados garabatos mientras luchaba mentalmente por nombres concisos, ritmicos y descripciones aliteradas en mi esfuerzo por dar a sus palabras una oratoria definida.
Finalmente, un tema coherente surgio y aparecio un discurso. Agradecia al Consejo y a cada parlamentario europeo por elevar sus voces en apoyo del derecho de la juderia sovietica a emigrar libremente a Israel (esto estaba en la cima de la campaña mundial "Deja partir a mi pueblo"), hurgaba en las complejidades del conflicto de Medio Oriente, rogaba por la ayuda del "Consejo Europeo para permitir al Medio Oriente emular el modelo de coexistencia pacifica que el consejo mismo habia establecido" y recitaba con una cita del gran estadista europeo Jean Monnet, que la "paz depende no solo de tratados y promesas. Depende esencialmente de la creacion de condiciones que, si no cambian la naturaleza de los hombres, al menos guian su comportamiento hacia los otros en una direccion pacifica."
Para mi consternacion Golda nunca pronuncio una sola de estas palabras. En cambio, ella observo minuciosamente la asamblea de lado a lado, la mandibula hacia adelante, su expresion desafiante, y luego de peinar su cabello con los dedos de ambas manos, blandio el discurso escrito y en un tono caustico dijo, "Yo tengo aqui mi discurso preparado, una copia del cual yo creo que ustedes tienen delante suyo. Pero he decidido en el ultimo minuto no poner entre ustedes y yo el papel en el cual mi discurso esta escrito. En cambio ustedes me van a perdonar si yo rompo con el protocolo y les hablo en forma improvisada. Yo digo esto a la luz de lo que ha ocurrido en Austria durante los ultimos dias."
CLARAMENTE, LA mujer habia decidido que era idiota leer su discurso formal despues de las devastadoras noticias que le habia llegado justo antes de abandonar Israel hacia Estrasburgo: un tren cargando judios de la Rusia comunista en ruta a Israel a traves de Viena fue secuestrado por dos terroristas arabes en una via ferroviaria cruzando la frontera austriaca. Siete judios fueron tomados rehenes, entre ellos un hombre de 73 años, una mujer enferma y un chico de tres años de edad. Los terroristas lanzaron un ultimatum que a menos que el gobierno austriaco cerrara instantaneamente Schoenau, la escala de la Agencia Judia cerca de Viena donde los emigrados eran procesados antes de ser embarcados a Israel, no solo matarian a los rehenes, sino que Austria misma se volveria el objetivo de violentas represalias.
El gabinete austriaco rapidamente se reunio y, liderado por el canciller Bruno Kreisky, capitulo. Kreisky anuncio que Schoenau seria cerrado inmediatamente, y los terroristas serian llevados al aeropuerto para volar libremente a Libia.
Todo el mundo arabe podia a duras penas contener su alegria, y una airada Golda Meir instruyo a sus asistentes a arreglar un rapido vuelo de Estrasburgo a Viena donde ella tenia intenciones de confrontar a su colega primer ministro, su colega socialista y su colega judio, el mismo Bruno Kreisky.
Al Consejo Europeo ella dijo, "Como los terroristas arabes han fracasado en sus terribles esfuerzos por provocar estragos en Israel, ellos han llevado de ultimas sus atrocidades contra objetivos israelies y judios en Europa, asistidos e instigados por gobiernos arabes." Este comentario causo un inquieto murmullo en la abarrotada camara, y parecio profundizarse cuando ella hablo amargamente acerca de los 11 atletas israelies secuestrados y asesinados en las Olimpiadas de Munich el verano anterior, un escandalo empeorado por la posterior liberacion por parte del gobierno aleman de los asesinos sobrevivientes a cambio de la liberacion de un avion de Lufthansa secuestrado y sus pasajeros. "Oh si, yo entiendo completamente sus sentimientos," dijo cinicamente Golda, los brazos plegados tan ajustadamente como un puente levadizo. "Yo comprendo completamente los sentimientos de un primer ministro europeo diciendo, 'Por el bien de Di-s, dejennos fuera de esto! Combatan sus propias guerras en su propio campo. Que tienen que ver sus enemistades con nosotros? Dejennos ser!' Y yo puedo inclusive entender". esto en una vos que habia endurecido mas que nunca- "por que algunos gobiernos podrian incluso decidir que la unica forma de librarse de esta insidiosa amenaza es declarar a sus paises sin obligaciones, si no hacia los judios entonces generalmente entonces ciertamente hacia los judios israelies, o hacia los judios en camino a Israel. A mi me parece que esta es la eleccion moral que todo gobierno europeo tiene que hacer estos dias." Y entonces, agitando el aire con los puños cerrados, su cara como granito al igual que sus ojos, ella trono, "Los gobiernos europeos no tienen otra alternativa mas que decirid lo que van a hacer. A cada uno que confirma el imperio de la ley yo le sugiero que no hay mas que una respuesta- no hay tratos con terroristas, no hay camino con el terrorismo. Cualquier gobierno que hace un acuerdo con estos asesinos hace eso para su propio peligro. Lo que sucedio en Viena es que un gobierno democratico, un gobierno europeo, llego a un acuerdo con terroristas. Haciendo eso ha quebrantado un principio basico del imperio de la ley, el principio basico de la libertad de movimiento de las personas- o debo yo decir exactamente el derecho basico de movimiento de los judios abandonando Rusia? Oh, que victoria para el terrorismo es esta!"
El siguiente aplauso dijo a Golda Meir que ella habia hecho llegar su mensaje a traves de una buena parte del Consejo Europeo, entonces ella volo a Viena.
Llevada en presencia del impecablemente vestido, con anteojos, pesado hombre en sus sesenta y pico de años a quien ella conocio por ser el hijo de un fabricante judio de ropas vienes, ella extendio su mano, que el estrecho con el simple boceto de una inclinacion, pero no moviendose desde detras de la solida proteccion de su escritorio. "Por favor, tome asiento, Primera Ministra Meir", dijo el formalmente.
"Gracias Canciller Kreisky," dijo Golda, sentandose en la silla frente a el, y colocando su copiosa cartera de cuero negro en el piso. "Yo asumo que usted sabe por que estoy aqui."
"Creo que lo se," contesto Kreisky, cuyo lenguaje corporal cargaba todos los signos de alguien que no iba a capitular en este punto.
"Usted y yo nos conocemos hace mucho tiempo," dijo suavemente Golda.

"Si," dijo el canciller.

"Y yo se, que como judio, usted nunca ha demostrado ningun interes en el estado judio. No es eso correcto?"
"Eso es correcto. Yo nunca hice secreta mi creencia que el sionismo no es la solucion para los problemas que sean que el pueblo judio podria enfrentar."

"La cual es la mayor de todas las razones por las cuales nosotros estamos agradecidos con su gobierno por todo lo que ha hecho para permitir que miles de judios transiten a traves de Austria desde la Union Sovietica a traves de Schoenau hacia Israel", dijo Golda diplomaticamente.

"Pero el campamento de transito Schoenau ha sido un problema para nosotros por algun tiempo", dijo Kreisky friamente.

"Que tipo de problema?"

"Para empezar, siempre ha sido un obvio objetivo terrorista..."

Golda lo corto, y con una fuerte sugerencis de aproximacion, dijo, "Sr. Kreisky, si usted cierra Schoenau, nunca terminara. Donde sea que los judios se reunan en Europa para transitar hacia Israel, ellos seran retenidos para un rescate por los terroristas."

"Por que debe Austria tener que cargar esta carga sola?" contrarresto Kreisky. "Por que no otros?"

"Como quienes?"

"Como los holandeses. Lleven los inmigrantes a Holanda. Despues de todo, los holandeses los representan en Rusia."

Era cierto. Desde que los rusos habian roto relaciones diplomaticas durante la Guerra de los Seis Dias de 1967, la Embajada holandesa en Moscu representaba los intereses de Israel alli.

"Oh, yo estoy segura que los holandeses estarian preparados para compartir la carga si pudiesen", respondio Golda, intentando sonar malhumorada. "Pero ellos no pueden. No depende de ellos. Depende completamente de los rusos. Y los rusos han dejado en claro que no permitiran que los judios vuelen de Moscu. Si ellos pudiesen volar, nosotros los llevariamos directamente a Israel. La unica via por la que ellos pueden abandonar Rusia es por tren, y el unico pais que permitira a los judios en transito es el suyo."

"Entonces que los recoja su propia gente ni bien llegan a Viena y los hagan volar directamente a Israel", argumento el canciller, manteniendose en su posicion.

"Eso es impracticable. Usted sabe y yo se que toma agallas para que un judio incluso pida un permiso de salida para abandonar Rusia para venir hacia nosotros. Ellos pierden sus trabajos, ellos pierden su ciudadania y son tenidos esperando por años. Y una vez que el permiso es concedido, a la mayoria se le da apenas algo mas de una semana de aviso para empacar, decir adios y partir. Ellos llegan a la libertad con cuentagotas, y nosotros nunca sabemos cuantos hay en cada tren llegando a Viena. Entonces nosotros necesitamos un punto de reunion, un campo de transito. Nosotros necesitamos Schoenau."

El canciller puso sus codos sobre el escritorio, estiro sus dedos, observo a la mujer directamente a los ojos, y dijo mojigatamente, "Sra. Meir, es el deber humanitario de Austria asistir a los refugiados de cualquier pais que vengan, pero no cuando pone a Austria en riesgo. Yo nunca sere responsable por cualquier derramamiento de sangre en el suelo de Austria."

"Y no es tambien el deber humanitario no sucumbir a chantaje terrorista, Herr Canciller?"

Sus palabras, repentinas y crudas y enojadas, fueron una declaracion de guerra. Lo que habia comenzado como puntos de vista conflictivos entre oponentes era ahora un desagradable duelo a muerte entre antagonistas.

Kreisky devolvio el golpe: "Austria es un pais pequeño, y a diferencia de las grandes potencias, los pequeños paises tienen pocas opciones en tratar con el chantaje de terroristas."

"No concuerdo. No puede haber tratos con el terrorismo sean cuales fueren las circunstancias. Lo que usted ha hecho es ciertamente alentar mas tomas de rehenes. Usted ha traicionado a los inmigrantes judios."

El hombre fruncio el ceño ofendido. "No puedo aceptar tal lenguaje, Sra. Meir. Yo no puedo..."

"Usted ha abierto la puerta al terrorismo, Herr Canciller", disparo la Primera Ministra no disuadida. "Usted ha traido vergüenza renovada para Austria. Yo recien vengo del Consejo de Europa. Ellos condenan su accion. Solo el mundo arabe proclama que usted es su heroe."

"Bien, no hay nada que yo pueda hacer acerca de ello", dijo el austriaco en una voz inexpresiva, mirando incomodamente. Y entonces, amago, "Usted y yo pertenecemos a dos mundos diferentes."

"Efectivamente lo somos, Herr Kreisky," dijo Golda Meir en una voz rajada con sarcastica disposicion judia. "Usted y yo pertenecemos a dos mundos muy, muy diferentes."

Y ella se levanto, tomo su cartera, y se dirigio a la puerta. Mientras ella hacia eso un asistente del canciller ingreso para decir que la prensa estaba reunida en un cuarto adyacente esperando una conferencia de prensa conjunta.

Golda movio su cabeza. Ella se pregunto, cual era el sentido? Nada que ella pudiera decir a los medios podria marcar una diferencia. Kreisky queria mantenerse en los buenos libros de los arabes- era tan simple como eso. Entonces, ella se volvio y susurro en hebreo a sus asistentes, "Yo no tengo intenciones de compartir una plataforma con ese hombre. El puede decirles lo que quiera. Me voy al aeropuerto."

A el ella le dijo despectivamente, "Olvidare el placer de una conferencia de prensa. No tengo nada para decirles. Me voy a casa", y salio a traves de una escalera trasera.

CINCO HORAS mas tarde ella dijo a la prensa israeli esperando en el Aeropuerto Ben-Gurion, "Yo pienso que la mejor manera de resumir en una cascara de nuez la naturaleza de mi reunion con el canciller Kreisky es decir esto: El ni siquiera me ofrecio un vaso de agua."
Epilogo: Schoenau fue cerrado, pero las discusiones de Golda Meir dispararon tal ola de protestas internacionales que el canciller austriaco no tuvo mas opciones que ofrecer arreglos alternativos.
Un dia pocos años despues, luego que Menachem Begin asumio el cargo de Primer Ministro (1977), Yo estaba por entrar en la oficina de su jefe de oficina, Yehiel Kadishai, cuando un tipo andrajoso con un maltratado sombrero de fieltro y un impermeable destrozado, a quien yo reconoci como un vendedor ambulante en el centro de Jerusalem, salia.
"Que estaba haciendo aqui ese vendedor ambulante?" pregunte. "Lo conoces?"
"Seguro." dijo Yehiel, con cara inexpresiva. "Su nombre es Kreisky".

"Kreisky que?"

"Shaul Kreisky, hermano del canciller de Austria, Bruno Kreisky."

Quede boquiabierto. "Me estas tomando el pelo", dije.
"No, no lo estoy. El esta viviendo aqui hace años. El primer ministro ocasionalmente lo ayuda. El es un gran fanatico de Begin. Ve tras el y preguntale."

Lo hice. Era cierto.


El autor sirvio en el equipo personal de cinco primeros ministros, incluyendo Golda Meir y Menachem Begin.
Fuente: The Jerusalem Post

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