martes, 27 de octubre de 2009

HISTORIA JUDIA, POCHOCLO INCLUIDO‏


By A. O. SCOTT
Published: October 1, 2009

QUINCE AÑOS atras, en mi primera visita a Jerusalem, mi esposa y yo fuimos a lo de un anciano caballero de su conocimiento. Yo no recuerdo si el era un rabino o un estudioso, pero el era, en todo caso, un hombre serio, y mientras nosotros charlamos el me pregunto lo usual, un tanto inquisitivo acerca de mi historial, intereses, mis impresiones de Israel y asi. Descubriendo que yo tenia un apellido anglosajon, un padre no judio, ningun conocimiento de hebreo y cierto escepticismo acerca de Di-s y el sionismo- pero que yo era no obstante, de acuerdo a la ley de Moshe, un miembro completo de la tribu- el me dio una sonrisa tolerante. “Larga vida a la crisis de identidad judia,” el dijo. Serian suficientes otros 5770 años? En retrospectiva, su sentimiento me asombra tanto como redundante y como reductivo. En el mundo moderno, despues de todo, apuntar a la idea de la identidad judia es invocar no una crisis sino muchas. Religion o etnicidad? Teologia o etica? Cultura o ideologia? Brooklyn o Tel Aviv? "Por que un judio contesta una pregunta con otra pregunta?" mi abuelo- un ateo, socialista y hombre justo en el mejor sentido biblico- solia preguntar. "Por que noP" era su version de la linea final de esa vieja broma, pero muchas otras lo harian igual de bien. Por que lo pregunta? Como opuesto a que?
Mas de 60 años despues del genocidio nazi y la fundacion del Estado de Israel, mas de 40 años despues de la guerra arabe- israeli y mas de un siglo en el pasaje Ashkenazi a traves del vaso mezclador norteamericano, los viejos dilemas persisten, aunque en algunas perplejas nuevas formas. En novelas, en television y especialmente, ultimamente, en peliculas, nuevas exposiciones de antiguos dilemas y ansiedades pelean y luchan. Nada es arreglado.
Cuando Adam Sandler, en el film de Judd Apatow, “Funny People,” afirma detectar un indicio de "Judaismo" en el personaje de Seth Rogen, todos saben de que esta hablando. Pero entonces nuevamente, que quiere decir exactamente? Judaismo en el sentido de “Zohan” o de “Ocho Noches Locas?" O el desarraigado “Happy Gilmore”? O algo mas?
La pelicula de Apatow golpetea en un tipo facilmente reconocible de identidad masculina judeo-americana, uno que se inclina no solo en la direccion de los comediantes desde Milton Berle a Lenny Bruce o Larry David, sino tambien a una tradicion mas amplia de inseguridad sexual y ambicion mundana que zigzaguea de Saul Bellow a Woody Allen y de Paul Mazursky a Philip Roth.
Mientras tanto, un diferente, si relacionado, conjunto de asociaciones anima a “Un Hombre Serio,” la ultima pelicula de Joel y Ethan Coen. Esa pelicula, que se estreno el viernes despues de Yom Kippur (exactamente a tiempo para el apuro de la boleteria de Sukkot), viaja de regreso a la Minnesota suburbana en 1967 (luego de un prologo en un shtetl polaco siglos antes) para reexaminar temas primero planteados en aquella larga, sombria broma judia conocida como el Libro de Job. El protagonista de los Coen, aunque no el personaje de su titulo, es Larry Gopnik, un dedicado hombre de familia, un calmo vecino y trabajador profesor cuya vida es dada vuelta por una cantidad de tormentos. El tema usual: una esposa infiel, un hijo que fuma hachis, un universo indiferente. Si el George Simmons del Sr. Sandler es un tipo reconocible- el inseguro, rebelde, egocentrico y libidinoso hijo- Larry Gopnik podria ser su retraido, obediente hermano.
Entre “Funny People” y “Un Hombre Serio” (los titulos que podrian ser facilmente intercambiables, hablando de crisis de identidad) llego "Bastardos Sin Gloria" de Quentin Tarantino,” que domino la cartelera del fin del verano con el espectaculo de judios infligiendo una correcta retribucion a sus opresores. Llendo mucho mas lejos que, digamos, "Desafio" de Edward Zwick,” que deriva su historia de la dura lucha judia contra los nazis desde el registro historico, “Bastardos” presento uno de los mas audaces ejemplos de historia alternativa jamas filmada. No solo el Sr. Tarantino deposito a una banda de ultraviolentos vengadores hebreos golpeando los craneos y cortando los cueros cabelludos de soldados alemanes; el tambien imagino un acto de terrorista asesinato en masa- un incendio en un teatro atestado- que no hizo mucho para vengar el Holocausto como para deshacerlo.
Fue esto bueno para los judios? El filosemitismo del Sr. Tarantino, aunque poco ortodoxo, tambien probo ser sorprendentemente menos controvertido que lo que hubiese sido unos pocos años atras. Pero ahora incluso el Holocausto se ha vuelto un tema seguro para puro entretenimiento. Y hubo algo seductor en las figuras de fantasia que el puso en pantalla en color profusamente saturado. Los bastardos mismos, para estar seguros, pero aun mas asi Shosanna, su involuntaria co-conspiradora, con su pelo rubio-miel, su amante africano y su apreciacion de fanatica del cine. En una pelicula de Allen o una novela de Roth, tal mujer hubiese sido el agregado, la atraccion transgresora de ser una arquetipica shikse, pero en el mundo de expresion de deseos visto con los lentes de Tarantino, ella era una Linda Chica Judia.
En el mundo real de razonamiento etico, un crimen como el de la Shoah refuta la logica de la venganza, que es la unica historia que el Sr. Tarantino sabe como contar. El lo trae de los westerns y peliculas de artes marciales, entre otras fuentes, pero las vendettas basadas en el honor personal que impulsan aquellas narrativas se vuelven absurdas frente al asesinato en masa. Lo que puede ser el por que la maquinaria de muerte que se ha vuelto una fija (y algo de fetiche) en tantas peliculas del Holocausto no tiene lugar en el mundo de "Bastardos sin Gloria", donde el asesinato es detallado, especifico e individual.
Pero el deseo ardiente de Tarantino lejos del genocidio- un acto de loca generosidad y asombrosa egolatria- puede no ser tan raro. Despues de decadas de cernir a traves del pasado judio en los intereses de conmemoracion y comprehension, escritores y cineastas mas recientemente han tomado la tarea de imaginarlo distinto. Una variante local del realismo magico que ha prosperado en la literatura israeli por algun tiempo, mas poderosamente en las novelas de David Grossman, pero en America este impulso a veces ha tomado un giro especulativo y francamente fantastico.
Que pasa si las cosas hubiesen sido diferentes? Que pasa si en vez de reclamar un hogar permanente en Palestine, los judios desplazados de Europa se hubiesen asentado por una afirmacion temporaria en una parte de Alaska? O que pasa si, mientras Hitler estaba emprendiendo sus politicas asesinas, expansionistas, un heroe popular antisemita hubiese sido electo presidente de los EEUU y hubiese puesto sobre los judios de America un conjunto de politicas que combinaban las leyes Jim Crow y de Nuremberg?
Aquellas son las presunciones de “El Sindicato de Policias Yiddishes,” de Michael Chabon, y “La confabulacion contra America,” de Roth, novelas que son mucho mas que duros experimentos rastreando una historia alternativa de los judios en Norteamerica. Pero tal experimentacion es no obstante desenfrenada en una epoca en que los cautivos de la historia parecen estar perdidos y en que las posibilidades imaginativas, las variedades de experiencia judia disponible, se han expandido en un indice casi vertiginoso. En Israel, en la Diaspora, en todas las denominaciones y estilos religiosos, en una proliferacion de iniciativas culturales desde el jazz yiddish al hip-hop hebreo.
Todo lo que puede ser la actual cara de aquella fuerte vieja crisis. "Tu tomas ventajas de las nuevas libertades?" una seductora vecina- una desesperada ama de casa judia- pregunta a Larry Gopnik mientras ella le entrega un enchufe. La confusa, ambivalente respuesta de Larry no es nada nuevo. Libertad nunca ha sido un concepto completamente comodo para un pueblo cuya deidad coloco sobre ellos mas de 600 mandamientos y que historicamente ha temido no solo la aniquilacion, sino tambien la disolucion.
La emancipacion en Europa en el siglo XVIII y XIX resulto ser una bendicion mezclada, y en America en el siglo XX la asimilacion fue tanto una aspiracion como una preocupacion. Los piadosos tenderos la observaban con orgullo y consternacion mientras algunos de sus mas brillantes y ambiciosos hijos hacian una gran muestra de dejar las censuras parentales y los grillos de la costumbre y afirmaban su individualista derecho de nacimiento americano.
Pero entonces, mientras las generaciones progresaban, ellas se cerraron nuevamente. Nathan Zuckerman, el durable y desafiante alter ego de Roth, regreso a los exclusivos alrededores de su infancia (y la de Roth) en Newark, muy como los hermanos Coen han encontrado su camino de regreso a St. Louis Park. El pasado que ellos imaginan es tambien, a su manera, una contra-narrativa, no solo debido a sus exageraciones, sino tambien debido a lo que es omitido. Ni el Holocausto ni Israel son mencionados en "Un Hombre Serio", que tambien limita los años 60 americanos a marihuana y el Avion Jefferson, como si Vietnam, el movimiento de derechos civiles y los disturbios urbanos nunca hubiesen sucedido.
Objectivamente, y comparado con exactamente cualquiera de sus ancestros, Larry Gopnik habita en el paraiso terrenal, libre de persecucion, discriminacion y necesidad, rodeado (salvo pocas excepciones) por los de su propio tipo, y con nada para preocuparse mas que su trabajo, su familia y Di-s. No hace falta decirlo, el es miserable. Pero su infelicidad deja una muy buena broma. Por que no?

Fuente: The New York Times

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