sábado, 24 de octubre de 2009

LOS DEMONIOS DE LA NORMALIZACION‏

By URIYA SHAVIT

El compromiso de mi amigo jordano fue una razon suficientemente buena para visitar el reino hachemita, a pocas horas de coche desde Tel Aviv. Nosotros nos conocimos unos años atras en un seminario israeli-palestino auspiciado por la Union Europea. Mientras caminabamos por las calles de Amman, nos sentabamos en cafes, visitamos un campo de refugiados y hablamos abiertamente de todos los temas posibles, yo pensaba para mi mismo que los israelies tienden a olvidar los beneficios de la paz- nada menos que la oportunidad para israelies y jordanos de socializar juntos en Amman. Oslo efectivamente hizo una diferencia. pero entonces me di cuenta cuan extrañas e inusuales estas amistades son. Pocos israelies eligieron Jordania por sobre Turquia como su destino de verano y aun menos tienen amigos cercanos jordanos. El acuerdo de paz con nuestro vecino al oriente no ha roto ninguna barrera psicologica. El actual concepto americano de promover el proceso de paz es simple: los israleies congelarian la construccion de asentamientos en Cisjordania y a cambio, el mundo arabe les concederia una dosis de medidas de normalizacion. Los estados arabes, tanto como el gobierno israeli, estan luchando con esta oferta. Las raices de las vacilaciones israelies son muy conocidas, y estan en gran medida vinculadas a politicas internas. A las raices de las vacilaciones arabes se les da menos atencion- pero ellas piden por un analisis del tema de la normalizacion. La oferta de normalizacion ha estado siempre sobre la mesa durante los distintos esfuerzos por resolver el conflicto arabe-israeli, generalmente puesta adelante como incentivo psicologico. Distintos negociadores han mediado el siguiente acuerdo: los israelies capitularian a tierras queridas a cambio de seguridad; para convencerlos de hacer eso, algunos gestos serian necesarios. Estos podrian ser las calidas palabras de un lider arabe, la opcion de viajar a Europa a traves de Siria y la oportunidad de vender software israeli en Kuwait. Ezer Weizman, El fallecido general, ministro y presidente israeli, una vez declaro su deseo de comer humus en Damasco. Asi lo han hecho muchos otros politicos israelies. Aunque basar las decisiones estrategicas en el humus no es nunca una buena idea, las negociaciones de paz israelies-arabes han estado a menudo basadas en las presunciones que la normalizacion significa mucho para los israelies, y puede ser facilmente manejada por los estados arabes, ellos solo deben decidir hacerlo. Ambas presunciones son falsas. En realidad, la normalizacion no es tan importante para los israelies. La mayoria no quieren integrarse culturalmente en la region- ellos solo quieren que sus vecinos los dejen vivir en paz. Un indicio para esto es el pobre estado de la instruccion en lenguaje arabe dentro de las escuelas israelies. Menos del 5% de los estudiantes israelies terminan la secundaria con un conocimiento significativo de arabe. OTRA RAZON por la cual la normalizacion no importa tanto a los israelies es que muchos aspectos de normalizacion ya han sido realizados- aunque no abiertamente. Por ejemplo, cuando las demandas arabes reunen capacidades especificas israelies, los acuerdos de negocios son sellados. Esto es cumplido utilizando pasaportes extranjeros o mediante operaicones no israelies, pero el resultado financiero es en gran parte el mismo.
La normalizacion esta sobre la mesa no debido a que el publico israeli desee profundizar sus relaciones culturales y economicas con los arabes, sino debido a que los politicos israelies temen a la imagen del tonto- uno que da sin recibir lo suficiente a cambio. Este esquema de pensamiento no puede ser ignorado, pero como es el caso con el placer de comer humus, no puede ser la base para una estrategia nacional.
Mientras los israelies no ven a la normalizacion como un capital estrategico real, los arabes- los regimenes y ciudadanos por igual- lo ven como una amenaza estrategica profunda. Esta percepcion debe ser entendida si nosotros deseamos alguna vez resolver el conflicto. Primero, la naturaleza autocratica de los regimenes arabes debe ser tomada en cuenta. Para un regimen como el de Siria, el proyecto de docenas de miles de turistas llegando de una sociedad libre como la de Israel posa un riesgo potencial a sus fundamentos. Estos turistas pueden traer ideas peligrosas con ellos y contar a los locales acerca de elecciones libres o libertad de expresion.
Segundo, existe el peligro que las interacciones culturales entre las dos partes lleve a odio mas que a entendimiento. Al historiador Bernard Lewis una vez se le confio que los jordanos sentian que los turistas israelies estaban actuando triunfantemente mientras visitaban su pais. Lewis conforto a sus amigos jordanos. "Los israelies estan actuando de esta forma hacia todos", y concluyo: "La tragedia del conflicto es que la nacion mas cortes del mundo (los arabes) se esta encontrando con la nacion mas descortes (los israelies)." Quizas el Prof. Lewis estuvo exagerando (nosotros somos los descorteses? Sali de aca!), pero el punto no obstante merece nuestra atencion: los encuentros culturales, cuando son construidos inapropiadamente, no siempre promueven las relaciones.
Tercero, la normalizacion con Israel subraya el fracaso final historico de algunos regimenes arabes. Las actitudes arabes hacia Israel pueden ser divididas en dos grupos: Aquellos que rechazan cualquier reconocimiento a Israel y buscan destruirla; y aquellos que rechazan a Israel como una entidad historica o cultural, pero la aceptan como una realidad politica. Los regimenes arabes pueden quizas justificar la firma de acuerdos con Israel en el sentido diplomatico, pero es mucho mas dificil para ellos recibir bien a los israelies, una bienvenida que esencialmente implica una legitimizacion del proyecto sionista, el que sus publicos objetan fuertemente.
Cuarto- y quizas el mas importante- muchos arabes ven a Israel como parte del "Ataque Cultural Occidental" contra la sociedad musulmana. La nocion del ataque cultural echo raices en las sociedades arabes muchas decadas atras y es una nocion simple: el Occidente fracaso en subordinar a los musulmanes a traves de la expansion imperialista militar; asi, ahora intenta subordinarlosa traves de medios culturales- programas de television, modas, libros de texto, firmas financieras, deportes y frenetica cultura pop. Israel es percibida como una de las herramientas occidentales utilizadas en este ataque cultural. Rechazar a Israel es rechazar el ataque cultural; reconocer a Israel es apoyar ciegamente un plan maestro occidental destinado a destruir la identidad arabe y musulmana. Los israelies pueden encontrar absurdas estas informaciones, pero ellas reflejan sinceras preocupaciones de muchos arabes, preocupaciones que se traducen en feroz resentimiento hacia cualquier oferta de normalizacion.
LAS IMPLICANCIAS ESTRATEGICAS son claras: Para los israelies, la normalizacion tiene importancia limitada, mientras que amenaza seriamente a los regimenes y sociedades arabes. Asi, mas que ser una carta jugada por los regimenes arabes, debe convertirse en una carta utilizada por los israelies. La demanda tradicional para normalizacion total debe ser negociada a cambio de otras concesiones arabes.
Significa esto que Israel debe capitular a todas las demandas con respecto a la normalizacion? No. Israel debe, por ejemplo, demandar un fin a la incitacion en la prensa y libros de texto arabes como parte de un acuerdo futuro con cualquier estado arabe. Pero el progreso en otras areas puede- y debe- ser mas moderado. Las Embajadas no deben abrir el dia siguiente despues que nuevos acuerdos de paz sean firmados. Los viajes para israelies pueden continuar restringidos por la primera decada, disponibles solo para israelies con profunda pasion y respecto por la cultura arabe, tal como ex compatriotas o expertos academicos. Las relaciones financieras pueden tambien progresar moderadamente al principio.
Llegara un dia cuando Israel viva en paz y cooperacion con los paises arabes. El dia llegara en que muchos israelies y muchos jordanos celebren compromisos juntos. Pero nosotros debemos darle tiempo.

El autor es director de Programas en Democracia en el Adelson Institute.
www.adelsoninstitute.org.il
En la foto una calle de Damasco

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