miércoles, 3 de febrero de 2010
LA NO DECLARADA CONEXION FRANCESA
Cadaverland
By Michael Dorland | Brandeis University Press | 300 paginas
Cuando fue recientemente entrevistado acerca de su libro muy bien investigado academicamente que trata intensivamente con las heridas fisicas y emocionales de los sobrevivientes del Holocausto que regresaban, particularmente aquellos que regresaron a Francia luego de la guerra, Michael Dorland dijo, "Tan pocos salieron de la catastrofe vivos- unos entre 100000 y 200000 de los cinco a seis millones de judios asesinados de Europa- y nadie realmente se preocupo mucho por ellos, de todas formas, ni siquiera en la recientemente creada Israel. Aquellos que sobrevivieron a los campos estaban en muy mal estado, y aunque muchos quisieron habla acerca de lo que habian pasado, nadie queria escucharlos." Dorland, un profesor de comunicaciones en la Universidad Carleton en Ottawa, crecio confuso acerca de su identidad judia, la que el describe como sintiendose "frances en algun sentido de la palabra, y judio en algun sentido negativo sin conexion religiosa a los rituales del Judaismo, pero con una identificacion de vida con el 'ser judio'." Su madre habia sido forzada a llevar la estrella amarilla cuando tenia solo 18 años en Francia durante la ocupacion Nazi.
Pero la vida y crianza de Dorland parecian lejanos a todo eso, o asi el pensaba, hasta que se encontro tragandose las lagrimas mientras estaba parado frente a una exhibicion del Museo del Holocausto en Washington. Esta muestra particular enumeraba las horrendas leyes infligidas sobre los judios de Francia durante la ocupacion Nazi. Las regulaciones estaban escritas en el frances nativo de su madre, y la realidad de lo que ella y otros habian soportado provoco que Dorland comenzara años de investigacion que resultaron en su innovador trabajo. Unos 80000 judios franceses fueron deportados a distintos campos de concentracion; solo 3500 regresaron y la mayoria de ellos fueron ignorados y maltratados por la comunidad profesional medica, la que por decadas nego el caracter unico de sus experiencias.
En 2005, Dorland revisito el conmovedor libro de la psicoanalista judia parisina Anne-Lise Stern, "Psicoanalisis despues de
Auschwitz? El Conocimiento Deportado", en el cual ella intenta revelar la psicologia interna de un judio que ha sobrevivido a Buchenwald y Auschwitz como ella lo hizo. Stern escribe: "Quienes somos nosotros los que regresamos? Quien soy? Tatuada, ya una forma de documento que camina? Pero los documentos estan hechos de trapos - shmates - o en frances- loque - trapos, desperdicios, partes de cosas, o lo que la administracion Nazi llamo stucke o pedazos."
Stern describe sus recuerdos como visuales, no auditivos, y aunque ella encuentra dificil hablar frente a otros, ella se forzo a ingresar a la escena publica durante los años 70s, airada por las escandalosas mentiras respecto a la no existencia de los campos de concentracion que Richard Faurisson estaba escupiendo en Le Monde.
La tesis de Dorland es que la conciencia colectiva franesa, que incluyo a los practicantes medicos que trataron a los sobrevivientes de los campos de concentracion, fue y aun esta penetrantemente empañada por antisemitismo y una incapacidad para llegar a termino con la colaboracion de muchos de sus connacionales bajo el Regimen de Vichy. La mayoria de los expertos medicos se enfocaron en los efectos fisiologicos de la deportacion y el encarcelamiento sobre los sistemas corporales e ignoraron el masivo trauma psicologico que muchos soportaron. Muchos sobrevivientes, judios y no judios, informaron problemas de sueño, miedos de los sonidos fuertes e incertidumbre, depresion, envejecimiento prematuro y una apatia general acerca del futuro.
Leo Eitinger escribio, "Observando hacia aras al periodo inmediato posterior a la liberacion de los campos, es casi imposible exagerar la devastacion emocional del sobreviviente judio especialmente: A los prisioneros recientemente liberados no les habia quedado nadie, no habia lugar para que fueran, sus viejas vidas habian pasado completamente y no tenian la mas minima idea de lo que podian hacer con la nueva vida que les fue tan inesperadamente concedida."
Dorland lamenta como la particularidad de la experiencia judia fue borrada de la ecuacion. El señala que la mayoria de los prisioneros que regresaban que eran interrogados directamente despues de la guerra por somatologos eran deportados politicos, y no hubo un judio entre ellos. El describe a Francia despues de la guerra como un pais cerrado en negacion e ignorancia voluntaria acerca de la primordial Judeidad del Holocausto que fue puesta en movimiento por Charles De Gaulle al declarar al regimen de Vichy nulo y vacio. En cambio, el insistio en que todo el enfoque estuviera puesto en aquellos que resistieron, a quienes el aclamo como la salvacion de Francia.
Pero recientemente, en el 2008, Bernard-Henri Levy confeso que aunque Francia es ahora hogar de medio millon de judios, semillas de tirania residen aun debajo de la superficie. El escribio: "Nosotros, franceses, sabemos que tal tradicion puede ser vibrante en tanto no sea reconocida, criticada o llorada. En tanto nosotros no reconocimos la profundidad de nuestra tentacion fascista, estuvo viva en nuestro inconciente. Es un largo proceso. Es doloroso. Es dificil. Un pueblo, una nacion tiene que hacerlo. A mi me dispararon, moralmente hablando, cuando escribi La Ideologia Francesa, la tesis de la cual surgio que el problema de Francia no era que estuvo ocupada por un ejercito extranjero, sino que mantenia un fascismo propio, el que fue nuestra especialidad."
Dorland deja en claro que mientras el tiempo pasaba despues de la guerra, el cambio en el tratamiento a los sobrevivientes del Holocausto paso de un enfoque en enfermedades fisicas a las psicologicas. El cita el impresionante trabajo de muchos doctores judios. El aplaude el trabajo de Mark Dworzecki, que estudio los efectos de la hambruna en los campos de concentracion nazis. Revisita el trabajo del psiquiatra frances Henri Baruk, que no era judio, pero comenzo a leer el Talmud y aplicar conceptos talmudicos a las pruebas psicologicas. El discute el enfoque de Eugene Minkowski, el que estuvo alentando a sus pacientes a hablar francamente con el acerca de su sufrimiento. El estudio el trabajo de Elie A. Cohen, quien sobrevivio a Auschwitz y paso el resto de su vida utilizando esta respuesta emocional propia ante la catastrofe como un trampolin para su investigacion sobre represion y despersonalizacion. Uno de los sorprendentes descubrimientos que Dorland hace es el darse cuenta que algunos sobrevivientes fueron capaces de continuar y llevar vidas productivas y satisfactorias, particularmente si estaban guiados por algun sentido de mision que trascendia su propia vida. Hay una cantidad masiva de datos que narran distintas historias por parte de sobrevivientes, pero esta resono.
Jennie Goldenberg escribio acerca de Atalia, quien estuvo en un vagon de ganado a Auschwitz cuando un joven al lado de ella, un medico llamado Emanuel, advirtio una abertura encima del vagon y la convencio a ella y otros dos hombres a saltar. A los tres hombres les dispararon, pero Atalia solo se esguinzo el tobillo, y mientras Emanuel yacia agonizante en el suelo a su lado, el le rogo "Corre, corre- estamos cerca de un pueblo. Ellos deben haber alertado a los SS. Por favor, por favor, corre y vive. Vive! De que otra forma alguien podra recordarme? Todos los demas estan muertos." Yo mantuve su aniversario de yorzait e Yizkor todos los años, exactamente como por mis padres y hermano, en el 9 de Av. Debido a que nunca supe el nombre de su padre, yo digo Emanuel ben Israel. Si hubo alguna vez un verdadero hijo de Israel, estoy segura que era el."
Fuente: The Jerusalem Post
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