lunes, 15 de febrero de 2010
BRASIL MANEJA UN CURSO INDEPENDIENTE
By SUSAN KAUFMAN PURCELL
Hasta hace poco, la administracion Obama asumia que Brasil y los EEUU eran aliados naturales que compartian muchos intereses de politica exterior, particularmente en Latinoamerica. Brasil, despues de todo, es una democracia amistosa con un creciente mercado economico y valores culturales occidentales.
Pronto sera la quinta economia mas grande del mundo. Recientemente descubrio miles de millones de barriles de petroleo en aguas profundas fuera de su costa y es una potencia agricola. Tambien ha hecho importantes progresos en erradicar la pobreza. Por lo tanto parecia solo natural esperar que como Brasil se volvio "mas como nosotros", buscaria jugar un papel mas activo y un rol constructivo en este hemisferio, y que los intereses politicos y de seguridad americanos y brasileños coincidirian en gran medida.
Esto parece ahora una expresion de deseos. En una cantidad de importantes temas politicos y de seguridad, Washington y Brasilia ultimamente no se han mirado uno al otro. Ni Brasil ha mostrado mucho liderazgo en tratar los importantes desafios politicos y de seguridad que enfrenta la region.
Un ejemplo es el papel de Brasil en UNASUR (Union de Naciones Sudamericanas). En una reunion de septiembre en Quito enfocada en temas de seguridad regional, los temas no discutidos incluyeron la carrera multi millonaria de armas en la region, la concesion de refugio y otras formas de asistencia por parte de Venezuela a las Fuerzas Revolucionarias Armadas de Colombia (FARC), un grupo narco-guerrillero colombiano, y la creciente cooperacion nuclear entre Iran y Venezuela. En cambio, Brasil se unio a UNASUR en criticar a Colombia por haber aceptado permitir a los EEUU utilizar siete de sus bases militares para contraterrorismo y actividades contra narcoticos dentro de Colombia.
El hecho que Colombia haya estado bajo ataque por parte de un grupo guerrillero armado apoyado por algunos miembros de la Union no fue considerado relevante para la decision de la organizacion de criticar a Colombia por buscar ayuda de Washington. Es mas, ninguno de los paises democraticos en Sudamerica, incluyendo Brasil, ha ofrecido apoyo militar o siquiera retorico a la sitiada Colombia.
Otro ejemplo es la cambiante posicion de Brasil respecto a la importancia del gobierno democratico. Tanto Brasil como los EEUU inicialmente se opusieron al golpe militar hondureño que quito de su cargo al presidente democraticamente electo, Manuel Zelaya, a pesar del hecho que el Sr. Zelaya habia violado la Constitucion de Honduras.
El interes de Brasil en la democracia en Honduras, sin embargo, no se extiende a Cuba. Solo semanas antes, Brasil voto en la Organizacion de Estados Americanos (OEA) levantar la prohibicion de membresia a Cuba- un pais que no ha sostenido una eleccion democratica en 50 años. Esta decision contradijo el estatuto democratico de la Organizacion.
Brasil tampoco ha intentado nunca movilizar apoyo contra la utilizacion de las instituciones democraticas por parte del presidente venezolano Hugo Chávez para destruir sistematicamente la democracia de ese pais. Al contrario, el presidente de Brasil, Lula da Silva esta apoyando las campañas de Venezuela para unirse al Mercosur (una union de paises sudamericanos) a pesar de las reglas que limitan la membresia a paises democraticos.
Finalmente esta el tema de la aparente falta de preocupacion de Brasil respecto a la creciente penetracion de Iran en Latinoamerica a traves de Venezuela. Hay ahora vuelos semanales entre Caracas y Teheran que traen pasajeros y carga a Venezuela sin ningun control de inmigracion o pasajeros. Venezuela tambien ha firmado acuerdos con Iran para transferir tecnologia nuclear, y esta la especulacion que esta dando acceso a Iran a depositos de uranio venezolanos.
En vez de expresar preocupacion por las actividades de Iran en Latinoamerica, Brasil esta acercandose a Teheran y espera extender su comercio bilateral de u$s2 mil millones a u$s10 mil millones en el futuro cercano. El Presidente Lula recientemente recibio al Presidente Mahmoud Ahmadinejad en Brasil. El reitero su apoyo por el derecho de Iran a desarrollar tecnologia nuclear para usos pacificos, mientras insiste en que no hay evidencias que Iran este desarrollando armas nucleares.
Muchas conclusiones pueden ser trazadas del comportamiento de Brasil. Primero, Brasil quiere evitar que los EEUU extiendan su involucramiento militar en Sudamerica, a la que Brasil observa como su esfera de influencia. Segundo, Brasil prefiere mucho mas trabajar dentro de instituciones multilaterales que actuar unilateralmente.
Dentro de estas instituciones, Brasil busca integrar a todos los actores regionales, lograr consenso y evitar el conflicto y la fragmentacion- todos objetivos valiosos. Pero estos son objetivos procesales mas que sustanciales.
Declaradas en forma diferente, las campañas multilaterales de Brasil en la region parecen valorar la aparicion de liderazgo por sobre encontrar soluciones reales a las crecientes amenazas politicas y de seguridad que esta enfrentando Latinoamerica. Estas conclusiones no implican que los EEUU y Brasil no tengan intereses superpuestos, o que no puedan trabajar juntos para resolver temas particulares regionales o incluso globales. Ellas significan que Washington puede necesitar repensar sus presunciones respecto a la extension en la cual a Brasil puede confiarsele en tratar con problemas politicos y de seguridad en Latinoamerica en formas que son compatibles con los intereses americanos.
La Sra. Purcell es la directora del Centro para Politica Hemisferica en la Universidad de Miami.
Fuente: The Wall Street Journal
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