miércoles, 17 de febrero de 2010

Trillizas en la Fuerza Aérea Israelí

“El concepto de ´uno para todos y todos para uno´ puede volverse muy absurdo”, escribió el ex miembro de la redacción y columnista del Jerusalem Post, Sam Orbaum sobre sus hijas trillizas, 14 años atrás. Orbaum, quien falleció en el 2002 a la edad de 46 años, continuaba en la columna, titulada “Lo triple de todo”, para describir la vida como padre de trillizas idénticas. No solamente es que, a veces, las confundía - escribió Orbaum en su bien conocido estilo cómico - sino que estaba impresionado por el estrecho lazo que las unía –cuando por ejemplo ellas salían en defensa unas de otras en las peleas en la caja de arena del colegio.Las tres, rubias, de 19 años, se mantienen unidas unas a otras. Esta vez es en la Fuerza Aérea Israelí (IAF), en la cual se enlistaron todas , haciendo historia.
Aunque las tres están en los uniformes de color kaki de la fuerza aérea, no prestan servicio juntas. Odelia, la mayor (nacida un minuto antes que sus dos hermanas), sirve como oficial de control del comando subterráneo y centro de control de la Fuerza Aérea Israelí en la Kyriat en Tel Aviv; Nomi es una oficial de control de tráfico aéreo en la Base Palmahim de la Fuerza Aérea Israelí; y Donna está en entrenamiento para una posición diferente en la Fuerza Aérea Israelí en Herzliya.
“Aunque estamos, de algún modo, todavía juntas ya que todas pertenecemos a la Fuerza Aérea Israelí, fue difícil separarnos a diferentes posiciones y oficinas”, dice Odelia.
Las hermanas dicen que piensan como una sola persona, lo cual podría no tener sentido hasta que uno ve cómo completan las frases las unas de las otras o dan las mismas respuestas durante la entrevista. Desde la escuela primaria estuvieron juntas. Fueron a la misma escuela secundaria en Ramot en Jerusalem y después a la misma academia pre militar en el Valle del Jordán. Fue ahí donde decidieron enlistarse en las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF) y no hacer el servicio nacional como la mayoría de sus compañeras femeninas de clases.
“Como observantes estábamos confundidas sobre qué hacer”, dijo Nomi. “Pero decidimos alistarnos en las Fuerzas de Defensa Israelíes ya que el servicio nacional es algo que siempre se puede hacer después del servicio militar, pero el servicio militar es ahora; este es el único momento en que lo podemos hacer y es lo que caracteriza al Estado.¨ Una vez que tomaron su decisión, quedaba por resolver el encontrar trabajos satisfactorios en las Fuerzas de Defensa Israelíes. Donna dice que pensó en intentar el curso para piloto; Nomi pensó en un punto en unirse al Comando de las Fuerzas Terrestres y convertirse en instructora de infantería. Al final, todas tomaron su camino hacia la fuerza aérea, aunque en diferentes bases. “No decidimos unirnos a la Fuerza Aérea Israelí”, explicó Odelia. “Así es como resultó”. Nomi, la auto-declarada hermana “controladora”, dijo que llegar a ser controladora de tráfico aéreo calza muy bien con su personalidad. “de modo normal, soy la que tomo las decisiones, así que convertirme en controladora de tráfico aéreo fue natural”, dijo.
Aunque las tres no están juntas, todas planean llegar a ser oficiales y esperan estar en el mismo curso en la Escuela de Entrenamiento de Oficiales Bahad 1 cerca de Mitzpe Ramon en unos pocos meses. Si no funciona, siempre está el viaje al extranjero posterior al servicio en las Fuerzas de Defensa Israelíes, el cual ellas no tienen duda de que lo harán juntas. Tampoco dudan que, su padre, apoyaría la decisión de unirse al ejército. Cuando Sam vino a Israel trató de enrolarse , dijeron ellas, pero él fue exonerado por razones médicas. “Nos s apoyaba en todo lo que hacíamos hasta que falleció cuando yo tenía 12 años”, dijo Donna. “Este es el séptimo año desde que murió y pienso en él todo el tiempo y veo su sonrisa y sé que hubiera estado orgulloso de nosotras”.

(Traducción por el Consulado General de Israel en Guayaquil)

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