domingo, 14 de diciembre de 2008

Mensaje de Januca‏

En el campo de concentración en Bergen Belzen, el admur de Miblotzov estaba preocupado y pensaba de donde obtendría mechas para encender las velas y también algún material combustible. ¡De pronto se le ocurrió una brillante idea!
¡Januca se acerca, ya llega! Quién no se emociona al escuchar sobre esta festividad!
¡Januca ya se acerca! aceite, antorchas y petilot, pero .... ¿Qué se hace cuando en casa no hay aceite para encender las velas?
En el campo de concentración en Bergen Belzen, el admur de Miblotzov estaba preocupado y pensaba de donde obtendría mechas para encender las velas y también algún material combustible.
¡De pronto se le ocurrió una brillante idea!
A dos cuadras se encontraba una fábrica de zapatos. Sus dueños utilizaban una tintura especial para pintar el calzado. Tal material estaba elaborado justamente ¡¡a base de aceite!! ¡Habrá aceite! Estaba seguro de que lo habría para Januca.
¿Y las petilot? ¡Las mujeres tendrían parte en tal misión! Las petilot serían fabricadas del algodón de los sweaters que ellas suelen tejer. Dicho y hecho. Estas mujeres tan justas obtuvieron el material combustible de la fábrica de zapatos y afinaron los hilos de algodón para dejar todo listo para Januca.
Y así fue que en la primera noche, se encendió una vela. La Tefilá se realizó en secreto, con voces estremecidas. Los judíos llenos de emoción recitaron las tres bendiciones correspondientes a la primera noche de Januca.
Amén! Contestaron todos los presentes mientras la alegría de cumplir la mitzvá llenaba sus corazones. En un extremo y como algo apartado, se encontraba un judío que no aparentaba ser religioso. Pertenecía al movimiento socialista Bund y fue designado uno de sus principales dirigentes. He aquí que ahora D-s quiso que este hombre presenciara tal maravillosa escena: el encendido de las velas de Januca con sus correspondientes rezos y cánticos, junto al admur de Miblotzov.
Rabi, se dirigió el hombre al sabio. No comprendo. Como Ud. puede rezar y afirmar de tal manera que Däs es bendito, que nos revive cada día y nos da salud y bienestar. ¿Cómo puede Ud. bendecir por una barbarie tal? ¿Cómo agradecer que estoy vivo? ¿Para qué?. ¿Para luego morir de hambre o a causa de una peste?.
El admur no se apresuró ni vaciló, sino que contestó con ternura:
Querido amigo, es muy buena tu pregunta y te voy a ser sincero. Yo también me asombré y me pregunté como hacer para sentir las oraciones en un momento tan trágico. Sucede que en el momento de bendecir a D-s, medité: ¡Cómo es posible que a mi alrededor haya judíos que realmente se esmeran y preocupan por cumplir este precepto tan importante como el encendido de las velas de Janucá al punto de por eso estén dispuestos a poner en peligro sus propias vidas!
A lo largo de tantos años ¿te has enfrentado alguna vez con una muestra de fe y esperanza semejante?
Estoy seguro de que por ese sentimiento estamos hoy en día vivos e integramos el Pueblo Judío, un pueblo que está dispuesto a todo con tal de mantener su identidad a través del cumplimiento de los preceptos establecidos en la sagrada Torá.
Es nuestra obligación agradecer a D-s que tuvimos el mérito de ser testigo de situaciones como éstas que nos hacen meditar sobre el verdadero sentido del Pueblo Judío.¡No! No estamos desalentados, sino orgullosos de encontrarnos con miles de iehudim que no decaen ni se desalentarán ni perderán su fe en D-s. Los hombres que hoy aquí viven son la prueba de que llegará el día en el cual se construirá el Bet Hamikdash! Por eso ...digamos juntos: ¡Bendito seas Däs que nos diste vida y hoy nos encontramos aquí! .La guerra finalizó. El admur de Miblotzov emigró a los EE.UU. y el hombre se quedó en Polonia. Los años pasaron y en cierta oportunidad ese hombre se encontró con uno de los seguidores del admur y así le dijo: "Dígale al Rab que él salvó mi vida. Él ya entenderá por qué".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.