domingo, 2 de enero de 2011
ISRAEL SINTAMOS ORGULLO POR SU SISTEMA DE JUSTICIA
“Todos somos iguales ante la ley”, dice una frase célebre que no siempre es tomada en serio por algunas personas con cierto poder que se sienten por encima de las disposiciones legales y que, por lo tanto, se consideran inmunes a tener que afrontar procesos legales por sus acciones.
Sin embargo, cuando una democracia funciona, absolutamente nadie puede ignorar el mensaje con que encabezamos la presente nota y muestra de ello es lo que está pasando en estos precisos instantes. El ex Presidente de Israel, Moshe Katzav, ha sido encontrado culpable de cuatro delitos sumamente serios: violación y acoso sexual contra una ex empleada del Ministerio de Turismo; acoso sexual contra una empleada de la Residencia Presidencial; abuso sexual contra una empleada de la Residencia del Presidencial y; obstrucción a la justicia.
Es una circunstancia en la cual los sentimientos se entremezclan. Por una parte sentimos alivio por nuestras hermanas a quienes, luego de largos años de sufrimiento, se les hizo justicia y sin importar la alta jerarquía del acusado, se procedió a separarlo del cargo, enjuiciarlo y luego de haber sido presentados los descargos de las defensa como de los acusadores, declarársele culpable por los crímenes cometidos. Por otra parte sentimos un tremendo dolor interno, acompañado con mucho de vergüenza, por ver como se profanó la presidencia del Estado, una de las instituciones más respetadas por los ciudadanos de Israel.
El trago es muy amargo y cuesta pasarlo. No solo para nosotros que muchas veces idealizamos al Estado de Israel, sino también para sus mismos ciudadanos y dirigentes, como por ejemplo el primer ministro Biniamín Netanyahu quien dijo se trata de "un día triste para Israel y todos sus habitantes” agregando luego que “hoy la corte ha enviado dos mensajes claros, que todos son iguales ante la ley y que las mujeres tiene el derecho exclusivo sobre sus cuerpos".
Por su parte, la líder de la oposición y presidente del partido Kadima, Tzipi Livni, se hizo eco de las declaraciones del primer ministro, precisando que "el día en que un funcionario público electo es condenado por violación no es un día fácil para el Estado de Israel", para luego decir que "la decisión de la corte envía un claro mensaje a los funcionarios públicos, pero fundamentalmente a las víctimas".
La presidente de la Corte Suprema de Justicia, Dorit Beinisch señaló que "el día es triste, pero que este día se demuestra lo que significa ser iguales ante la ley". Finalmente, la diputada laborista Shelly Yajimovich, quien fue testigo en el proceso declaró que la sentencia ha "probado que existe igualdad ante la ley y que el sistema judicial no discrimina entre un defendido común y otro que tiene poder, dinero, conexiones".
No es fácil, lo admitimos. Pero salgamos fortalecidos de esta experiencia y sintamos orgullo por Medinat Israel que no duda en juzgar a quien haya corrompido la ley, sea quien sea, muy a diferencia de algunos países que aun hoy en día tienen a violadores como presidentes de la república y son los primeros que acusan a Israel de todos los males habidos y por haber sobre la faz de la tierra.
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