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01/08/10 - 01:09
Dijo que ese vínculo es un pilar de la relación binacional. Lo sostuvo para despejar las dudas sobre diferencias entre los dos países en relación a Irán. El canciller insistió en que Brasil no quiere cooperar con Teherán en el desarrollo atómico.
PorMarcelo Cantelmi; Eleonora Gosman
Brasilia. Enviados especiales
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Celso AmorimEntre sus colaboradores más íntimos, el canciller Celso Amorim es llamado “duracelso”, un juego de palabras entre la marca de pilas larga duración y su primer nombre. Tiene una explicación: cubre distancias abismales por el mundo y no muestra cansancio. El jueves, apenas horas después de una gira por Turquía, Israel, los territorios palestinos y Siria, recibió a Clarín en su oficina en Brasilia.
Amorim que llevó adelante con Turquía un plan para Irán, primero respaldado y luego rechazado por EE.UU., habló en extenso sobre la posibilidad de “ayudar” al desarrollo de negociaciones entre las grandes potencias y la nación persa. Sobre ese punto admitió que hay diferencias con Argentina, pero rechazó que esas divergencias deriven de enfoques diferentes sobre el desarrollo nuclear y, en particular, la actividad atómica desarrollada por Irán. El ministro se mostró muy interesado en transmitir un mensaje: Brasil no tiene ni tendrá acuerdos de cooperación en ese terreno con el gobierno persa. “Eso no existe” declaró. A Clarín le dijo que Lula da Silva aprovechará su encuentro con Cristina Kirchner esta semana para explicar qué busca Brasilia cuando se esfuerza por aportar ideas en ese conflicto.
“Esa cuestión, la de Irán, es inmediata porque afecta a la paz mundial”, subrayó.
Ministro, en la reunión que su presidente tuvo en abril en Nueva York con Barack Obama, ¿le dieron alguna señal específica para que Brasil negociara con Irán? ¿Hay algo más que la carta en la que Obama daba ese respaldo?
¿Qué más puede haber que no esté en la carta? La conversación de Lula con Obama fue previa a esa carta, de modo que el texto de la nota es la última palabra del presidente norteamericano.
La carta avaló la gestión de Turquía y Brasil con Irán, pero ¿qué pasó después de que se votaron nuevas sanciones e Irán dijo que enriquecía uranio al 20%?
Es cierto, Irán empezó a enriquecer al 20%. Pero si hay una negociación, eso será suspendido. Hay varias señales que llevan a pensar que eso es posible. El domingo último nos encontramos en Estambul con el canciller turco y el iraní. Y el lunes Irán le escribió a la AIEA (la agencia nuclear de la ONU) que está listo para negociar sin condiciones y sobre la base de la declaración firmada por Lula, Mahmoud Ahmadinejad y el premier turco en mayo.
¿Irán dejaría de producir uranio enriquecido al 20%?
Es lo que nosotros hemos entendido. Hemos sondeado la opinión de Mohamed ElBaradei, el ex director de la AIEA, y él reconoce que el gran problema de estas negociaciones con Irán fue buscar prevenir con excesiva anticipación cosas que supuestamente podrían ocurrir en el futuro. Por eso, yo soy muy optimista respecto del progreso que puede haber ahora.
¿Es cierto que EE.UU. e Irán reanudaron las negociaciones?
Obtuve alguna información particularmente de agencias de noticias. Si es así, me parece muy positivo y tiene que ver con la respuesta que dio Irán a la AIEA.
¿Sin condicionamientos de Irán?
Sí. Pero hay una base conceptual que la propusieron los propios norteamericanos.
Esa negociación cita sólo los 1.200 kilos de uranio ligeramente enriquecido que Irán debe entregar a Turquía. ¿No quedó superado eso por la producción posterior del material?
La iniciativa de Teherán se basó en la propuesta de octubre de 2009 que realizó la AIEA apoyada por EE.UU., Rusia, Francia y los demás del “5 más 1” (China, Gran Bretaña y Alemania). Esa declaración contempla el interés de Irán en desarrollar tecnología nuclear para usos pacíficos. Pero los puntos son tres: la entrega de 1.200 kilos de material, en Turquía y en el lapso de un mes. Es muy sencillo.
EE.UU. dice que son más de 1.200 kilos los que debe entregar.
Mire, la opinión de ElBaradei, que comparto, es que 1,2 toneladas es una cantidad significativa. Y ElBaradei fue la persona que instrumentó ese acuerdo. Lo cierto es que en octubre 1.200 kilos era suficiente. Claro que después de octubre Irán produjo más. En aquel momento, los 1.200 kilos eran 80% del material disponible. Hoy es 60%. Y si la negociación no avanza ese volumen representará entre 30 y 40% de aquella cantidad inicial. En esas circunstancias se pierde el control.
¿Es creíble Irán cuando dice que no hará un arsenal nuclear?
Justamente, el lado positivo del acuerdo es la claridad en las mediciones. ¿Qué cosa es más específica que la cantidad, lugar de entrega y plazo de entrega? Eso está clarísimo. En cuanto a si Irán cumple o no, siempre está disponible el remedio que se usó en el principio del proceso (el redoblamiento de las sanciones).
Canciller, en este tema hay diferencias entre Argentina y Brasil ¿Hasta dónde llegan?
Comprendo muy bien los recelos que tiene Argentina por la historia pasada. Hablé con (Héctor) Timerman con franqueza como lo había hecho antes con (Jorge) Taiana. Porque hay algo importante para la opinión pública argentina: Brasil no está buscando cooperar con Irán en el desarrollo nuclear. No pasa por ahí. La cuestión es ayudar en un problema que afecta a la paz mundial. Sin dejar de tomar en cuenta la importancia de la cuestión de Palestina, lo más inmediato en lo que pueda afectar la paz en el mundo es el problema del plan nuclear iraní y la manera en cómo es percibido en Occidente. Si podemos ayudar en ese aspecto, sería muy importante.
Pero eso no tiene nada que ver con una cooperación Brasil-Irán en el área nuclear, que no existe ni fue propuesta.
¿Puede haber una postura conjunta entre Brasil y Argentina en este tema, como ocurre en el G20?
El presidente Lula estará en San Juan con la presidenta Kirchner. Será una buena ocasión para explicar la posición brasileña. Yo lo hice en mi nivel y creo que fui comprendido. Claro, no pedí a Argentina que suscriba lo que hemos escrito. Hay que respetar los condicionantes de cada país, las memorias, los traumas.
La percepción en sectores diplomáticos argentinos es que hay concepciones distintas no sólo respecto de Irán sino también en las cuestiones del desarrollo nuclear.
Creo que no es así. La cooperación en el área nuclear es un pilar de la relación estratégica y eso es comprendido por los dos lados. Tenemos la intención de mantener y reforzar esa cooperación con Argentina. Y espero que los presidentes Lula y Cristina hablen de eso. La cooperación no sólo se refiere a la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de material nuclear. También incluimos proyectos productivos. Si uno quiere tener una relación estratégica hay sectores en los que se deben emprender acciones conjuntas. Ya empezamos con planes en el sector espacial y satelital. Pero en el nuclear es fundamental: en lo que atañe a la tecnología y en la transparencia mutua de ésta.
¿Brasil firmó el Tratado de No Proliferación y fue ratificado, no?
Fue firmado y ratificado. Y el Congreso impuso que Brasil se empeñe en el desarme nuclear, que es el artículo 6 del TNP. Por eso también somos fuertes en eso. No se puede pensar en proliferación sin pensar en desarme: el riesgo mayor viene del hecho de que las grandes potencias siguen
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