lunes, 20 de diciembre de 2010

CUMPLIR LA VISION FUNDADORA DE LA ONU

By MERON REUBEN
12/18/2010

No mucho tiempo después de ayudar a fundar las Naciones Unidas, Winston Churchill advirtió a un público americano que estuviera atento para asegurar que el nuevo organismo mundial fuera "un verdadero templo de la paz ...y no sólo una cabina en una Torre de Babel." Sesenta y cuatro años más tarde, la visión de Churchill sobre el desafío fundamental que enfrenta la ONU sigue siendo tan relevante.
Después de tres meses en el cargo como embajador de Israel ante la ONU, he podido ver de cerca tanto la promesa como la difícil situación de esta importante institución mundial. Cada día la misión ante la ONU camina una fina línea, expresando nuestra preocupación cuando el organismo mundial se aleja de su visión fundadora, mientras que al mismo tiempo buscando oportunidades para asociarse significativamente con la ONU en formas que mejoren la vida de todo el mundo.
El mes pasado, hemos visto cómo la política de las Naciones Unidas puede obstruir el diálogo constructivo cuando la Asamblea General conmemoró el "Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino" - un día que, desde su establecimiento en 1977 ha hecho poco por impulsar su objetivo declarado de ayudar a los palestinos a realizar la paz, buscar la prosperidad y disfrutar de la libre determinación.
Año tras año, esta celebración ignora la realidad de la historia y los hechos sobre el terreno para avanzar en un relato distorsionado sobre Israel que no tiene en cuenta la amenaza del terrorismo que enfrenta nuestra población civil, pasa por alto la incitación anti-israelí generalizada llevada a cabo por nuestros vecinos árabes y perpetúa las nociones unilaterales de la victimización palestina, liberandolos de la responsabilidad de ser un socio en la paz.
EN LO QUE A ISRAEL RESPECTA, esta es la desafortunada dinámica política de la Asamblea General de la ONU, que a menudo parece ser rehén de grupos de estados que se unen para condenar a Israel sin importar la circunstancia.
Después de 33 años, uno pensaría que estas naciones podrían finalmente ser capaces de ver el cuadro más amplio, reconociendo que la mejor forma de apoyar el bienestar palestino es tener un rol constructivo en el logro de una solución de dos estados.
Pero en vez de trabajar para acercar a las partes en las negociaciones y preparar a los palestinos para tomar las medidas audaces que se requieren para llegar a un acuerdo de paz, estos países prefieren aprovechar la oportunidad para anotarse puntos políticos baratos.
Como los líderes de Israel han dejado en claro desde el renacimiento de nuestra patria ancestral en 1947 - y demostrado a través de nuestros acuerdos históricos con Egipto y Jordania - nosotros creemos que es necesario y posible vivir en paz con nuestros vecinos.
Pero se necesitan dos para bailar tango.
Aún cuando ha sido muy alentador ver el surgimiento de líderes palestinos comprometidos a establecer seguridad y promover el crecimiento económico en Cisjordania, estos mismos dirigentes siguen negándose a sentarse con Israel en la negociación de un acuerdo de paz.
Al mismo tiempo, Hamas - una organización extremista islámica comprometida con la destrucción de Israel - continúa gobernando la Franja de Gaza, manteniendo como rehén a la población palestina y exponiendo a los civiles israelíes a la amenaza diaria de ataques con cohetes y terror.
Está claro que hay grandes desafíos, pero también oportunidades históricas ante nosotros para lograr la paz en nuestra región. Este debe ser un momento adecuado para que la ONU desempeñe un papel constructivo.
Desafortunadamente, la ONU sólo puede ser tan eficaz como sus estados miembros, muchos de los cuales continuan careciendo de la previsión de Churchill - o de compartir sus creencias - acerca de la manera más productiva de utilizar la institución.
Con demasiada frecuencia, la politización cínica de órganos como la Asamblea General resta valor a la credibilidad de la ONU como un foro internacional objetivo para resolver conflictos y distrae de la labor de vital importancia que se lleva a cabo en todo el mundo, quitando valioso tiempo necesario para tratar con cuestiones urgentes como la pobreza y el hambre globales, la trata de personas, el acceso universal al agua potable y el HIV/SIDA.
Israel sigue demostrando que tiene mucho para compartir en estas campañas, ya sea mediante el despliegue de agentes de policía y personal médico como parte de la misión de la ONU en Haití u ofreciendo nuestra experiencia única en agricultura para conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la organización.
Esperemos que la comunidad internacional vuelva a hacer un balance de las palabras proféticas de Churchill hace más de seis décadas y trabaje para levantar instituciones de Naciones Unidas que efectivamente promuevan la causa de la paz y la estabilidad mundiales.
En el interés de nuestra región, por el bien de nuestro pueblo y en el respeto de los valores fundamentales de nuestra nación, Israel está dispuesta a desempeñar su papel en esta campaña.

El autor es embajador de Israel ante las Naciones Unidas
Fuente: The Jerusalem Post

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