miércoles, 14 de octubre de 2009

EXPERIENCIA DE UNA ENTIDAD ARGENTINA DE DESCENDIENTES POLACOS‏

Internet, una herramienta para unir historias rotas por la Segunda Guerra
Dos años antes de morir, Miguel Puzak le contó a su hija Sandra que cuando se fue de Polonia en 1947 había dejado a tres hermanos y a sus padres. Hasta entonces, Sandra pensaba que su papá -reacio a hablar de la guerra- era hijo único. Desde ese día de 2005, sigue buscando pistas sobre sus parientes. Pero sólo tiene tres datos: sus nombres, la ciudad donde vivían y el hecho de que su abuela era paralítica. "Tengo una deuda con él -dice-. Le prometí que buscaría a sus hermanos. Es lo único que me quedó pendiente y quiero dárselo".

Puzak no es la única argentina de origen polaco que busca reconstruir su historia familiar. Como ella, muchos recurrieron al sitio del Centro de Recordación de los Héroes Polacos, que se convirtió en una herramienta fundamental de búsqueda. La idea se le ocurrió a Marcos Resnizky tras una reunión en la embajada polaca, donde vio cómo dos amigos de la infancia se reconocían, 40 años después y en otro país. El ya había estado en Polonia buscando información sobre su familia y decidió montar un sistema que facilitara ese tipo de descubrimientos.

El proceso es sencillo: los interesados envían detalles de su búsqueda (www.polish-heroes.org, polishheroes@fibertel.com.ar y, por teléfono, al 4804-6790), que son traducidos al polaco y al inglés, y publicados en la web. Cada mes, las inscriptos reciben un correo electrónico con las nuevas pesquisas, que también son remitidas a Canadá y Estados Unidos, donde existen organizaciones similares.

Muchos cuentan con tan poca información como Puzak, apenas el nombre de un lugar o un vago indicio de lo que habría sucedido. Aunque pocas búsquedas encuentran respuestas, pero la Web abre un escenario diferente, permitiendo que la información circule, algo muy difícil antes, sobre todo en la Polonia comunista.

No todos perdieron contacto por la guerra. En casos como el de Griselda Dabrowsky, las familias se separaron una vez en la Argentina. Cuando su abuela murió en Misiones, los dos tíos menores de Griselda fueron llevados a Estados Unidos por un tío y nunca supieron más de ellos. Dabrowsky, que vive en Neuquén, intentó ubicarlos sin resultado a través de las embajadas. "Es una historia que tiene mucho de tristeza, pero también de esperanza", dice ella. "Estoy segura de que los voy a encontrar".

En cambio, Andrés Chowanczak ni conoce los nombres de las personas que busca. Sólo sabe que fueron escondidas por su abuelo Jan en su casa en Varsovia durante la guerra. Su abuelo fue enviado al campo de concentración de Buchenwald y murió al poco tiempo de ser liberado. El centro envió una petición al memorial de Yad Vashem en Jerusalén, postulando a Jan como "justo entre las naciones", un título honorífico concedido a las personas no judías que arriesgaron su vida para salvar a judíos del Holocausto. Pero para sustentar la petición, se necesitan testimonios de quienes se salvaron en la casa de los Chowanczak.

"La vida de mi abuelo fue similar a la de Schindler", dice Chowanczak y lamenta que hoy no haya "un reconocimiento a su acción". Por lo pronto, Andrés sigue buscando.
Fuente: Diario Clarin

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